Tres décadas es un periodo de tiempo suficiente como para que el olvido cumpla su misión. Pero algunos recuerdos se empeñan en perdurar, sobre todo cuando están dispersos en las mentes de miles de aficionados que, en conjunto, forman la memoria colectiva del tinerfeñismo. En el fútbol, tan solo mencionar una alineación puede transportar a un hincha al pasado. Concretamente, en el caso que nos ocupa, al 15 de septiembre de 1993.
Agustín, Aguilera, Antonio Mata, César Gómez, Toño, Chano, Redondo, Ezequiel Castillo, Felipe Miñambres, Latorre y Pinilla, además de Dertycia, que jugó los últimos 20 minutos, compusieron el once con el que el Tenerife se estrenó en la Copa de la UEFA con un empate 2-2 ante el Auxerre bajo la dirección desde el banquillo de Jorge Valdano. Esta primera experiencia europea sentó las bases para que en la temporada 96-97 los blanquiazules volvieran a asomar por el continente, consiguiendo alcanzar las semifinales del torneo.
Felipe Miñambres y Redondo
El estreno del Tenerife en competición europea no fue plácido ni mucho menos ya que, al cuarto de hora de partido en el Heliodoro, el Auxerre se adelantó con un gol de Vahiura. Desde los once metros se encargó Antonio Pinilla de igualar la contienda solo cuatro minutos después, tras un penalti provocado por Felipe Miñambres.
Poco duró la alegría del empate porque Saíb en el minuto 22, también de penalti, volvió a dar ventaja al conjunto francés. Una gran actuación de Fernando Redondo permitió al cuadro de Valdano reponerse de este segundo mazazo y entonces, en el minuto 71, Felipe Miñambres marcó el gol del definitivo empate 2-2.
Con uno menos y Pier de portero
Dos semanas después, en el partido de vuelta en Auxerre, otro tanto de Felipe Miñambres selló la clasificación del Tenerife. El tanto del capitán en el minuto 67 abrió las puertas de los dieciseisavos de final pero el partido aún auguraba reveses para los visitantes, como la explusión de César Gómez en el minuto 75.
Y aún así lo peor estaba por llegar porque, rayando el final del tiempo reglamentario, Agustín se lesionó en una estirada que evitó el empate pero dejó al Tenerife sin portero y con los cambios agotados. Desde la delantera, Pier acudió a la portería y sostuvo el resultado con una buena actuación bajo palos durante algo menos de diez minutos. Y así fue como, con un delantero con guantes, el Tenerife eliminó al Auxerre.
Tras aquella gesta, el Tenerife obró el segundo de sus milagros europeos eliminando en Grecia al Olympiacos, y solo la Juventus fue capaz de frenar su camino en los octavos de final, con un 3-0 en el partido de ida disputado en Turín, y un insuficiente triunfo de los isleños por 2-1 en la vuelta en el Heliodoro.