En el club suscitaron gran preocupación algunos acontecimientos recientes, entre ellos las declaraciones de María José Pérez a El Día, donde la jugadora dejó entrever su "frustración" por el estilo y la apuesta futbolística de Amaral.
David relevó en el cargo a Pier Cherubino, no renovado pese a los excelentes resultados cosechados durante la campaña pasada. El de Arico no ha entrado con buen pie (solo una victoria en siete partidos oficiales y evidentes discrepancias con algunas jugadoras, que incluso bendijeron en Twitter con sus 'likes' las manifestaciones de María José).
En las últimas horas, la directiva ha cumplido con algunas de las exigencias de Amaral y ha tomado determinaciones en aras de una mayor cohesión grupal. Por ejemplo, el regreso de Ayoze Díaz como número dos, si bien en verano el propio David había descartado contar con un segundo entrenador, según ha remarcado el presidente en sus últimas comparecencias públicas. Otra decisión difícil ha sido relegar a la preparadora física Laura Díaz al filial -un movimiento no publicitado por el club- al tiempo que se producía el fichaje de Carlos Alemán como nuevo responsable de la parcela física. Tampoco el club ha clarificado qué ha sido de otro integrante del cuadro técnico señalado por David, como es Víctor Dámaso, y que ya no forma parte de la rutina diaria del primer equipo.