Canarias presume de naturaleza y clima privilegiado, pero para las empresas de turismo activo y ecoturismo, mirar al cielo se ha convertido en una amenaza constante.
Según denuncia la Asociación de Empresas de Turismo Activo y Ecoturismo de Canarias (Ecoactiva), en lo que va de 2024 ya han tenido que suspender su actividad durante 86 días por alertas meteorológicas, lo que equivale a uno de cada cuatro días del año.
Pérdidas diarias
El presidente de Ecoactiva, José Luis Echevarría, advierte de que esta situación está provocando pérdidas económicas que oscilan entre los 700 y los 1.000 euros diarios por empresa.
A esto se suman actividades canceladas, reembolsos a turistas frustrados y una creciente preocupación por la imagen internacional de Canarias como destino seguro para practicar turismo de naturaleza.
Impacto notable
Desde la asociación explican que las alertas generalizadas afectan incluso a zonas donde las condiciones climáticas no representan un peligro real, lo que obliga a suspender rutas y excursiones de forma preventiva.
La experiencia del visitante se resiente y el impacto sobre la reputación del destino es cada vez más notable, especialmente cuando se trata de turistas que planificaron su viaje con antelación para disfrutar de actividades concretas.
Islas más afectadas
Las islas más afectadas han sido La Palma, Gran Canaria, El Hierro, La Gomera y Tenerife, donde fenómenos como viento, calima, oleaje, tormentas o incendios han provocado una cadena de cancelaciones.
Incluso en Fuerteventura y La Graciosa, con menor incidencia, el sector ha notado las consecuencias de una gestión que, según las empresas, no permite flexibilidad ni adaptación sobre el terreno.
Plan de contingencia
Ecoactiva reclama la elaboración de un plan de contingencia económica que permita mitigar el impacto de estas suspensiones, así como la creación de un portal de información actualizado sobre restricciones y la posibilidad de que empresas certificadas puedan operar en zonas seguras durante episodios de alerta. También demandan una mejora de la red de estaciones meteorológicas, que permita una medición más precisa y local.
El sector subraya que el turismo activo es clave para diversificar la oferta turística del Archipiélago y fomentar un modelo más sostenible. Pero si se mantiene la actual gestión de las alertas, la previsibilidad desaparece y las empresas se ven condenadas a operar en un clima de incertidumbre permanente. En un contexto de creciente competencia internacional, convertirse en un destino inestable puede tener un coste mayor que el de cualquier temporal.