El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, participó este lunes en la jornada inaugural de la 52ª Asamblea General de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio, Industria y Servicios, celebrada en Las Palmas de Gran Canaria. En esta conversación con Atlántico Hoy, Bonet analiza el papel de las cámaras en la economía española, la fortaleza del modelo público-privado de Canarias, la necesidad de digitalizar y fortalecer a las pymes, y el reto de diversificar la economía insular sin renunciar al motor del turismo.
[Pregunta] El presidente de la Cámara de España elogia el modelo canario como referencia nacional e internacional y afirma que la diversificación económica del archipiélago, apoyada en las pymes y su régimen fiscal, “es un acierto absoluto”
[Respuesta] El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, participó este lunes en la jornada inaugural de la Asamblea General de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio, Industria y Servicios, celebrada en Las Palmas de Gran Canaria. En esta conversación con Atlántico Hoy, Bonet analiza el papel de las cámaras en la economía española, la fortaleza del modelo público-privado de Canarias, la necesidad de digitalizar y fortalecer a las pymes, y el reto de diversificar la economía insular sin renunciar al motor del turismo.
Este lunes destacaba usted en su intervención la colaboración público-privada que se da en Canarias. ¿Por qué considera que es un modelo a seguir?
Lo que está ocurriendo en Canarias con la colaboración público-privada es, sinceramente, un modelo. Lo digo siempre que puedo. Aquí las administraciones y las empresas están sabiendo trabajar de la mano, y eso se ve en el volumen de actividad, en los fondos que gestionan y en los resultados. Las Cámaras de Comercio, tanto la de Gran Canaria como las del resto de las islas, han sido un elemento clave para articular esa relación.
¿De qué manera lo han logrado?
Canarias demuestra cómo la cooperación entre lo público y lo privado da resultados tangibles. En España hemos tenido un éxito monumental en los últimos cincuenta años, desde la Transición y la incorporación a Europa, porque hemos sabido combinar ambos mundos. Las empresas son la pieza esencial del sistema económico que consagra nuestra Constitución, y cuando el sector público colabora, se multiplica el efecto.
Imagino que lo dice con una visión de futuro.
Canarias está llamada a desempeñar un papel estratégico: la alianza entre Europa y África pasa necesariamente por el Archipiélago, y lo mismo ocurre con la conexión entre Europa e Iberoamérica. No tengo duda de que, en el futuro, las cámaras de Canarias tendrán una posición institucional destacada en ese ámbito.
El presidente de AICO ha calificado al Archipiélago como “un diamante en bruto” para el comercio exterior que es importante “seguir puliendo”. ¿Cree que se ha explotado poco el potencial que tienen las Islas?
Esta alianza que tienen aquí consolidada entre el Gobierno canario y luego el de cada una de las Islas, ha sido estupenda como se está demostrando. Va a tener un fruto importante. Canarias tiene unas ventajas muy interesantes para competir. Si continúan por el mismo camino, acabará siendo un centro donde vendrán a situarse proyectos muy interesantes. Sobre todo por su posición geográfica, o su régimen económico y fiscal.
Esa parte de Canarias puede ser como la gran desconocida. El Régimen Económico y Fiscal (REF) y la Zona Especial Canaria (ZEC) son una gran ventaja para las empresas que se quieran instalar aquí. Sin olvidar la seguridad que aportan.
Sí, las administraciones públicas están exagerando la fiscalidad en la parafiscalidad en el resto de territorios de España y por tanto esto se hace cada vez más interesante. Puede que esa parte de las Islas sea la gran desconocida, pero a base de actos como este se va a ir conociendo. Las cámaras son muy importantes por su conexión que tienen con el mundo empresarial.
¿Por qué cree que el trabajo de las Cámaras de Comercio no ha sido reconocido en la medida en que lo merece? Parece que el ciudadano de a pie no termina de saber exactamente a qué se dedican, por lo que eventos como este pueden ayudar a divulgar el trabajo que desempeñan ustedes.
Es una cuestión histórica. Las Cámaras de Comercio llevan trabajando desde 1886 al servicio de las empresas españolas, pero no han conseguido ser reconocidas por la sociedad. Quizás faltó comunicación o visibilidad. Eso nos costó muy caro en 2010, cuando un decreto suprimió el recurso cameral permanente, que era su fuente de financiación principal.
¿Les pasó factura?
Aquello fue un error muy grave. De la noche a la mañana, se les retiró la representatividad y la financiación que les había otorgado la ley de 1900. Las Cámaras fueron resilientes y aguantaron.
¿Cuándo cambió todo?
En 2014, un nuevo gobierno entendió su papel y, por consenso político, aprobó una nueva ley que reorganizó el sistema y el sistema cameral ha recuperado su posición, la estabilidad financiera y el progreso gracias a que han trabajado. Las cámaras están sirviendo al país con fondos europeos en diferentes aspectos.
¿Cuál ha sido el papel de las cámaras a la hora de combatir el desempleo juvenil?
En 2014, la tasa de desempleo juvenil en España era del 56%. A través del PICE y otros programas de formación financiados con fondos europeos, las Cámaras hemos contribuido a reducirla al 25%. Consiste en preguntar a las empresas qué perfiles necesitan y formamos a los jóvenes en función de esa demanda real.
¿Cuáles han sido los resultados?
Hemos ayudado a muchos jóvenes sin empleo ni formación, los llamados “ninis”, a reorientar sus vidas y encontrar trabajo. En las Cámaras se les pregunta algo que el sistema educativo general no suele preguntar: “¿Qué quieres hacer con tu vida?”. Y eso cambia las cosas.
Las cámaras también han sido protagonistas en la gestión de los fondos Next Generation, especialmente con el Kit Digital. ¿Qué balance hace?
El Kit Digital ha sido un éxito. España es un país de pymes, y muchas no estaban digitalizadas. Con los fondos europeos hemos llegado a más de un millón de ellas. De esas, alrededor de 700.000 han cumplido los requisitos y han iniciado su digitalización.
¿Qué cifras manejan?
Lo más relevante es que el 70% de las empresas beneficiadas ha decidido seguir pagando los servicios tras el primer año. Eso demuestra que han visto un valor real en la digitalización. Hemos logrado consolidar ese cambio cultural, y el sistema cameral ha demostrado que funciona cuando cumple con las tres “A”: ayudar, asesorar y acompañar.
Esta experiencia servirá también para el futuro. Si conseguimos acompañar a las pymes en su internacionalización, podremos dar el siguiente paso: convertirlas en empresas medianas.
Ha insistido mucho en esa idea de fortalecer el tamaño medio de las empresas españolas. ¿Por qué es tan importante?
España tiene grandes empresas líderes y reconocidas en todo el mundo, pero le faltan medianas empresas sólidas. En Alemania, por ejemplo, hay un tejido muy fuerte de medianas compañías que sostienen su economía.
Nuestro objetivo debe ser ese: ayudar a las pymes a crecer y a exportar. España ha avanzado gracias a las empresas. Yo lo he vivido en primera persona en Freixenet, donde mi tío José Ferrer levantó comarcas enteras de Cataluña a base de trabajo y compromiso. Los empresarios familiares son un motor esencial de desarrollo.
La pandemia marcó un punto de inflexión. Aquí las cámaras de comercio fueron mecanismos para que las ayudas llegaran. Sin embargo, cuando termina el confinamiento pedían poder permitir que los fondos Next Generation llegaran a más gente y eso no acabó de cuajar. Se vio que eran una herramienta útil, pero igual faltó dar un paso.
Se trata del reparto de fondos. Nosotros, en este momento, estamos muy cerca de haber agotado los fondos que nos han asignado. Y ahí estamos esperando más. Nosotros estamos comprometidos para levantar España con nuestro esfuerzo. Por lo que si hay fondos que aún no se han aplicado, estamos aquí [para ayudar].
En Canarias se habla mucho de la necesidad de diversificar la economía utilizando las ventajas fiscales. ¿Cómo ve ese proceso?
Me parece un acierto absoluto el planteamiento que hace el Gobierno canario de utilizar el buen momento del turismo para abrir nuevos horizontes. Diversificar no significa renunciar al turismo, sino complementarlo.
Además, parece un sector difícil de parar.
El turismo no se va a detener. España es un país privilegiado: por su clima, su patrimonio natural y cultural, y por su gente. Más del 30% del PIB nacional depende del turismo. La economía española va bien, pero hay una parte que también va mal.
¿Por qué?
Porque están asfixiando al tejido empresarial fiscalmente. Las pymes, en su mayoría familiares, son prudentes por naturaleza. Si se les aprieta fiscalmente, bajan sus márgenes, crean problemas en cuanto a la plantilla porque no pueden pagarles lo que les gustaría.
Una política económica que no sea proempresa es un error, sobre todo en un país donde la base del sistema son las pequeñas y medianas empresas. Si no las ayudamos, el país entero se resiente. Las pymes dejan de invertir, y sin inversión no hay innovación, y sin innovación no hay productividad.
Uno de los términos que más se ha escuchado en el foro es el de seguridad jurídica. ¿Cree que la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado puede afectar a la inversión y la innovación?
No creo que sea el problema principal [la seguridad jurídica]. El verdadero obstáculo es la falta de capacidad. Las empresas no dejan de invertir por miedo, sino porque están asfixiadas. No pueden avanzar.
¿Cuál debe ser el objetivo?
Hay que tener a unos empresarios que vayan a por la conquista del mundo. Y para eso la política debe acompañar, no poner trabas. Hay que crear las condiciones para que los empresarios vayan por el mundo.
Canarias siempre se ha definido como territorio tricontinental. Frente a nuestras costas, tenemos El Sahel, una zona donde han mostrado interés Rusia y China. ¿Debemos ponernos las pilas para que no nos ganen más terreno?
Es un tema geográfico. España tiene suerte con Canarias porque está en el centro del asunto. África está cerca y, por otro lado, una tradición de contacto con Latinoamérica absolutamente fenomenal. Pero hay una cosa a favor y otra en contra.
¿A qué se refiere?
En contra, que en África hemos estado poco. Por tanto, hay que dedicarse ahora a trabajar. Y a favor, que los españoles somos más simpáticos cuando queremos.
