Casi una de cada dos viviendas vendidas en la provincia de Santa Cruz de Tenerife durante 2024 fue adquirida por extranjeros. Así lo revela el último informe del Consejo General del Notariado, que sitúa a la provincia como la segunda de España con mayor peso del capital foráneo en el mercado inmobiliario, solo por detrás de Alicante (53%).
En concreto, el 45,2% de las compraventas tinerfeñas fueron protagonizadas por ciudadanos extranjeros, muy por encima de la media nacional (20%). Este auge consolida a la provincia occidental de Canarias como un destino prioritario para la inversión internacional, especialmente en los municipios turísticos del sur de Tenerife, donde la demanda de vivienda supera desde hace años la oferta disponible.
Baleares (42%), Málaga (43%) y Las Palmas (32%) completan el grupo de provincias con mayor peso extranjero, confirmando el dominio de las zonas insulares y de costa en el mapa inmobiliario español.
Presión
Los datos del Notariado evidencian un fenómeno que va más allá de la coyuntura: la vivienda en Canarias se ha convertido en un activo codiciado por compradores europeos, principalmente británicos, alemanes, nórdicos y franceses, que buscan tanto una segunda residencia como oportunidades de inversión en alquiler vacacional.
Sin embargo, este proceso también ha encendido las alarmas sociales y políticas. El aumento del interés extranjero ha contribuido a encarecer progresivamente el mercado, dificultando el acceso a la vivienda para muchos residentes canarios. La presión compradora en determinadas zonas turísticas ha disparado los precios de venta y tensionado los alquileres residenciales, un fenómeno que preocupa a los ayuntamientos y al Gobierno autonómico.
Limitación
Ante esta situación, el Ejecutivo canario ha manifestado su intención de impulsar, a través de la Unión Europea, un debate para limitar la compraventa de viviendas a no residentes, siguiendo el ejemplo de territorios como Dinamarca o Malta, que ya aplican restricciones similares en determinadas zonas. El objetivo sería preservar el derecho a la vivienda de la población local sin vulnerar la libertad de circulación de capitales dentro del mercado europeo.
Pese a la polémica, Canarias sigue siendo vista como un refugio seguro para el capital internacional: estabilidad jurídica, fiscalidad favorable, clima estable todo el año y un entorno atractivo para el teletrabajo y el turismo de larga estancia. Con estos factores, la tendencia a la inversión extranjera parece lejos de revertirse.
Santa Cruz de Tenerife se ha convertido en el epicentro de la inversión inmobiliaria extranjera en Canarias, al tiempo que la región busca fórmulas legales para compatibilizar su atractivo internacional con el derecho a una vivienda asequible para quienes la habitan todo el año.