La consejera de Hacienda y Relaciones con la Unión Europea del Gobierno de Canarias, Matilde Asián (i), y el vicepresidente y consejero de Economía, Industria, Comercio y Autónomos, Manuel Domínguez (d)./ EFE
La consejera de Hacienda y Relaciones con la Unión Europea del Gobierno de Canarias, Matilde Asián (i), y el vicepresidente y consejero de Economía, Industria, Comercio y Autónomos, Manuel Domínguez (d)./ EFE

Canarias, más pesimista que la AIReF, calcula un menor crecimiento económico hasta 2028

El informe de las previsiones macroeconómicas evidencia una expectativa de crecimiento económico más baja por parte del Gobierno de Canarias, tanto en PIB como en empleo

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) respalda las previsiones que maneja el Gobierno de Canarias para la elaboración de su presupuesto. Este respaldo avala las cuentas regionales, aunque el informe señala repetidamente las diferencias de proyección entre ambas partes: mientras la AIReF muestra un panorama algo más optimista, Canarias adopta un enfoque más prudente sobre el crecimiento macroeconómico.

La semana pasada, en la presentación de los datos económicos de los dos primeros años de legislatura, el consejero de Economía, Industria, Comercio y Autónomos, Manuel Domínguez (PP), ya hablaba de un “frenazo” de la economía canaria a partir de 2026. La Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife rechazó que fuera un frenazo y hablaba de desaceleración. En las previsiones recogidas en el presupuesto del aumento del Producto Interior Bruto y de empleo se deja claro esa menor margen de crecimiento, con las previsiones más conservadoras. 

El crecimiento económico

Uno de los puntos que señala la AIReF es que el Gobierno de Canarias prevé un crecimiento para 2025 de 2,9%, mientras que la estimación de la autoridad es del 3,4%. Lo mismo sucede para el año 2026: el Ejecutivo plantea un crecimiento de solo el 1,9%, mientras que la AIReF lo eleva al 2,3%. Los porcentajes van disminuyendo a raíz de la desaceleración económica, por haber menor capacidad de aumento tras la CIVD. 

La autoridad señala al respecto del último dato que “la previsión de la comunidad se encuadra en la parte baja de las bandas centrales de las estimaciones de la AIReF, y por debajo del rango de las previsiones realizadas por otros organismos”. Es decir, las predicciones que maneja la Comunidad Autónoma tienden más a la baja que otros organismos. 

Sucede de manera similar con la visión hasta 2027 y 2028. Si Canarias prevé que el aumento sea de 0,9% para ambos años, lo que vaticina la autoridad es que el aumento sea del 1,7% en 2027 y 1,6% en 2028. 

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En la imagen, la consejera de Hacienda, Matilde Asián (2i), conversa con su compañera de Presidencia, Nievs Lady Barreto, durante el Consejo de Gobierno que aprobó los presupuestos de 2026. / RAMÓN DE LA ROCHA-EFE

El golpe de los precios

Otra parte relevante del informe son las diferencias sobre el deflactor del PIB, es decir, el índice que indica la variación de los precios de una economía en un periodo de tiempo concreto. Mientras Canarias prevé un “crecimiento del deflactor del PIB del 3,1% en 2025, que se desacelera al 1,8% en 2026, para acelerarse al 2,3% y 3,3% en 2027 y 2028, respectivamente, la AIReF estima en su escenario central crecimientos más estables del 2,3%-2,2%”. 

En este caso, el Gobierno de Canarias maneja unas previsiones más negativas en cuanto a la evolución de los precios, con un planteamiento de que aumenten los precios tras 2026. 

El empleo 

Los presupuestos también abordan la evolución del empleo con previsiones más conservadoras. El crecimiento que plantea Canarias en el empleo es del 2,1% en 2025 y del 1,1% en 2026, que se desacelera al 0,5% en 2027 y 0,4% en 2028. La AIReF estima un crecimiento del 3,1% en 2025, del 2,1% en 2026, del 1,6% en 2027 y 1,5% en 2028.

Sobre la elaboración de las cuentas, la AIReF recalca, que las previsiones macroeconómicas para las comunidades autónomas se realizan en un contexto de alta incertidumbre y riesgos del entorno geopolítico. Apuntan que la elevada incertidumbre entorpece la previsión del cuadro macroeconómico y la planificación presupuestaria de las comunidades autónomas, lo que, en un sistema tan descentralizado como el español, puede repercutir potencialmente sobre el cumplimiento de las reglas y compromisos fiscales nacionales y europeos.