La tensión en el sector de las guaguas sigue escalando. CCOO ha reestructurado la huelga en el transporte de viajeros por carretera, desconvocando la jornada prevista para este jueves, pero manteniendo las fechas del 9 y 23 de diciembre, cuando la huelga se convertirá en indefinida si no se alcanzan acuerdos.
La decisión llega en un contexto de desencuentros con las patronales y la falta de avances en la aplicación de los coeficientes reductores para los conductores.
Adaptar estrategias
Según el comunicado de CCOO, el ajuste en las movilizaciones responde a la necesidad de adaptar la estrategia a un escenario más sostenible.
Sin embargo, el sindicato ha dejado claro que el conflicto no ha terminado y que nuevas convocatorias de huelga están en el horizonte.
Raíz del problema
El trasfondo del conflicto radica en la falta de compromiso por parte de Confebus, la patronal del transporte de viajeros, para cumplir con los acuerdos alcanzados en octubre sobre los coeficientes reductores que permitirían la jubilación anticipada de los conductores sin recortes económicos.
Según CCOO, empresas como Alsa y Avanza dominan las decisiones de Confebus, priorizando sus beneficios sobre las demandas laborales.
Además, el sindicato ha señalado que estas grandes concesionarias están presionando para que el coste adicional de los coeficientes no recaiga en ellas, sino en las administraciones. Esto, argumentan, perjudica a los trabajadores y frena las negociaciones.
Administraciones
CCOO ha hecho un llamamiento al Ministerio de Transportes y a los ayuntamientos de las principales ciudades para que intervengan en el conflicto y no permitan que las concesionarias sigan teniendo el control absoluto de las decisiones.
Mientras tanto, CGT, otro de los sindicatos involucrados, ha optado por desconvocar sus paros debido al escaso seguimiento de la huelga y a la necesidad de "rearmarse estratégicamente". Sin embargo, han subrayado que esto no significa abandonar la lucha.
Impacto
La reorganización de la huelga busca minimizar las interrupciones para los usuarios de guaguas, un servicio esencial en las principales ciudades españolas. Sin embargo, la incertidumbre sobre el desarrollo del conflicto y las fechas previstas para los paros preocupa tanto a trabajadores como a usuarios.
El desenlace del conflicto dependerá de las negociaciones entre sindicatos, patronales y administraciones. Mientras tanto, el sector de las guaguas sigue en el centro de un debate sobre derechos laborales y sostenibilidad financiera.
