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El buque remolcador 'Zwerver 3', que viaja con 49 polizones a bordo procedente de Senegal.|EFE

Fianzas millonarias para responsabilizar a los armadores de traer polizones a Canarias

Capitanía Marítima, a petición de la Policía Nacional, comienza a exigir avales por el desembarco de estas personas en los puertos isleños. En lo que va de año van dos fianzas, una al remolcador holandés que dejó a 49 migrantes en Lanzarote

La Capitanía Marítima de Las Palmas ha impuesto este años dos fianzas importantes a los armadores de los buques a los que se les han colado polizones y han atracado en los puertos de la provincia para dejar a estas personas.

Estas garantías financieras se imponen a petición de la Dirección General de la Policía Nacional, que es la competente en Extranjería.

Los polizones son responsabilidad del armador, que tiene la obligación de revisar su buque para evitar estas situaciones, según el Derecho Marítimo Internacional.

Gastos

El objetivo de esta medida es que los dueños de los barcos se hagan cargo de los gastos generados al Estado español por atender a estas personas, desde su manutención, alojamiento y vigilancia hasta el intérprete o la repatriación a los países de origen, entre otros.

El caso más significativo se produjo hace unas semanas con la llegada a Lanzarote del remolcador Zwerver 3. El barco zarpó de Senegal para regresar a Holanda, que es su país de origen, pero a mitad de camino descubrió a 49 polizones ocultos en una pontona adosa al buque.

Ante el gran número de inmigrantes, la Policía Nacional y Capitanía Marítima exigió al amador un aval de 1,4 millones, una de las fianzas más elevadas que han sido impuestas en España por este motivo. 

Protocolos para atracar

En esos momentos, con el presidente de España, Pedro Sánchez, veraneando en Lanzarote, la intención del Zwerver 3 era dejar a los migrantes en Arrecife y continuar hacia Holanda, pero Capitanía Marítima y la Policía dijeron que no: si querían atracar, desembarcar y zarpar era obligatorio depositar esos 1,4 millones.

El armador dudó entre regresar a Senegal para devolver a los polizones o entrar al Puerto de Arrecife. Finalmente, tras negociar con las autoridades españolas, optó por atracar debido a "razones humanitarias", dijo entonces la Delegación del Gobierno.

Entre los menores a bordo y la aceptación de las peticiones de asilo, que fueron avaladas por el juzgado de guardia de Arrecife, la fianza pasó de 1,4 millones a 30.000 euros y el buque volvió a partir sin mayores problemas.

De polizones a náufragos

Por decisión de la autoridad judicial, los migrantes dejaron de ser polizones y pasaron a gozar de la protección del Estado español, pues accedieron a la pontona para salvar sus vidas, posiblemente desde el cayuco con el que zarparon de Senegal. La pontana a la que se subieron estaba sujeta al remolcador e iba cargada con material de construcción.

La otra fianza de este tipo impuesta por Capitanía Marítima fue de 80.000 euros, en este caso por tres polizones que llegaron al Puerto de Las Palmas hace unos ocho meses. Todos fueron devueltos a sus países de origen.