El reino de Marruecos ha otorgado a la empresa israelí NewMed Energy y a la empresa marroquí Adarco Energy un permiso para explorar recursos gasísticos en la costa del Sáhara ocupada por Marruecos, cerca de Canarias. Según informan diversos medios marroquíes en total son 17 permisos de exploración que se prolongan desde Boujdour hasta Dajla. 

La licencia, denominada Boujdour Atlantique, se hace con la participación de la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos. Cada una de las empresas tendrá el 37,5% de los derechos de explotación, mientras que la entidad pública se quedará con el porcentaje restante. 

La exploración

Según recoge el medio Rue20, el permiso se prolongará por ocho años, con un plan de trabajo que, como suele ser normal con este tipo de permisos, ahora implica hacer un análisis geológico y geofísico, con un plazo de 30 meses, así como hacer una perforación transcurridos dos años desde la concesión de la licencia. 

En Canarias, la Asamblea Majorera-Coalición Canaria ha mostrado su preocupación por la concesión de este permiso a más de 200 kilómetros de las islas. Según denuncian, la ciudad que colinda al norte de la licencia, Boujdour, está a 213 kilómetros de las Dunas de Maspalomas. Además aseguran que algunos de los 17 bloques de lámina de agua en los que se divide el permiso están aún más próximos al Archipiélago, según recoge el Diario de Fuerteventura. 

Conflicto marítimo

Denuncian desde el partido que la licencia se encuentra en una Zona Económica Exclusiva (ZEE), que Marruecos se adjudicó de forma unilateral en el año 2020. Desde su punto de vista esto carece de validez ya que no ha sido comunicado a las Naciones Unidas y consideran que son aguas saharauis. Además, denuncian que esta zona solapa con la ZEE que reivindica Canarias, aunque el Archipiélago como tal no tiene su propia ZEE. 

Este acuerdo, firmado a finales de febrero, se enmarca dentro de los Acuerdos de Abraham, que es la línea de trabajo que Israel ha seguido con cuatro países árabes para asu acercamiento. Marruecos es uno de ellos y la concesión de licencias a empresas israelíes, tanto energéticas como de inteligencia, han venido siendo comunes en los últimos años.