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Colas de la TF-5 en Tenerife. / ARCHIVO

El ‘para y arranca’ de los atascos en las carreteras canarias también preocupa en Bruselas

Un estudio del Parlamento Europea revela el impacto de las colas en la movilidad de las Islas, afectando a la economía, salud y el medio ambiente

Estar atrapados en un atasco es una experiencia que viven en su día a día la mayoría de canarios y canarias. Para, arranca, para, arranca…Un bucle que, en el caso de la TF-5, puede llegar a robar hasta seis días al año a los conductores. Y todo ello provoca que desplazamientos cortos se conviertan en trayectos insoportables. 

No solo es una sensación compartida por miles de conductores en las Islas, este panorama también ha preocupado al Parlamento Europeo. Así lo recoge un estudio elaborado para la Comisión de Transportes y Turismo de la Eurocámara, que sitúa a Canarias entre las regiones afectadas por lo que denomina “pobreza de movilidad".

Dependencia del coche

Detrás de los atascos hay una realidad clara y es que casi 8 de cada 10 personas van al trabajo en coche en el Archipiélago (el 78,7% de los desplazamientos laborales). El informe utiliza este indicador como una señal clara de congestión, ruido y contaminación, y lo sitúa entre los más elevados de las regiones ultraperiféricas europeas.

Esta dependencia del vehículo privado no es solo una cuestión de elección personal. El propio estudio subraya que no todas las islas cuentan con las mismas alternativas de transporte, y que en muchos lugares el transporte público es insuficiente o poco práctico. Lo que lleva a que la gente se decante por coger el coche y todos sumados forman esas colas interminables. 

Problemas de seguridad vial

Con más coches en la carretera, aumentan también los problemas de seguridad vial. El Parlamento Europeo sitúa a Canarias entre las regiones con una red viaria muy tensionada por el tráfico, aunque llama la atención sobre un detalle importante: la seguridad no suele ser la principal preocupación de los usuarios.

Según los expertos consultados para el estudio, el problema diario es llegar a tiempo. Las prisas, los retrasos y la falta de alternativas hacen que la atención se centre en esquivar el atasco, no en las condiciones del transporte. Aun así, el tráfico constante empeora la calidad de los desplazamientos y aumenta el estrés en las carreteras. 

Imagen de un atasco en Guanarteme / CEDIDA

Llegar tarde por las colas

En este sentido, el informe habla de “pobreza de tiempo”, una situación que se da cuando las personas sí tienen transporte (en este caso el coche propio), pero pierden demasiadas horas en desplazarse.

Un ejemplo que pone el informe para exponer y clarificar este problema de pérdida de tiempo en los trayectos es el camino al aeropuerto. Es decir, el miedo a llegar tarde al vuelo por culpa de los atascos obliga a la gente a salir con mucha más antelación, por lo que a veces, por mucho que el vuelo entre islas dure alrededor de 30 minutos, se pasa mucho más tiempo en la carretera. 

La movilidad, al límite

Para el Parlamento Europeo, todo esto forma parte de un problema más amplio. La pobreza de movilidad no significa no tener coche o no poder viajar, sino no poder moverse de forma sencilla, previsible y razonable. Incluye perder demasiado tiempo, depender de un solo medio de transporte y no tener alternativas cuando algo falla.

El informe advierte que, si no se corrige este modelo, la situación puede empeorar. Más turismo, más coches y nuevas exigencias climáticas pueden hacer que moverse por las islas, tratando de llegar a tiempo al trabajo, al aeropuerto o a cualquier destino, sea cada vez más complicado. 

En Canarias, por tanto, el atasco ya no es una excepción, sino una señal de que el sistema de movilidad está llegando a su límite.