El Gobierno de España ha sido incapaz otra vez de sacar adelante a tiempo los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y tendrá que prorrogarlos por segundo año consecutivo. La falta de unas cuentas actualizadas afectará a todas las comunidades autónomas, pero en el caso de Canarias puede poner en riesgo la inversión privada de cara a innovar en el sector de la digitalización.
Eduardo Parra, profesor de Organización de Empresas, Economía Digital y Turismo de la Universidad de La Laguna (ULL), expone en declaraciones concedidas a Atlántico Hoy que los empresarios pueden perder confianza a la hora de invertir ante la incertidumbre de lo que pueda ocurrir a largo plazo. “Es lo que se conoce en economía como prima de espera”, sentencia.
Inversión transformadora
Asegura que la prórroga puede penalizar la calidad y la composición del propio gasto. “Va a haber menos inversión transformadora, así como en transición energética o tecnológica”, asevera. Señala que varias prioridades estratégicas para diversificar la economía o partidas emergentes como la vivienda se pueden ver condenadas a posponerse por la falta de garantías que pueda percibirse.
Eso sí, apunta que retrasar la aprobación de las cuentas estatales no mermará los ingresos porque el país se encuentra en un ciclo expansivo. El principal problema está en que las empresas del extranjero, ante la menor previsibilidad en el entorno normativo fiscal o de gastos distintos, pueden ver la falta de presupuestos como una señal de debilidad institucional.
Capacidad de innovación
“Puede afectar”, dice, “a la calificación crediticia de España y a los costes de financiación incluso de las propias comunidades”. “Esto genera una parálisis presupuestaria que erosiona la credibilidad del propio gobierno y del ejecutivo”, agrega. “Prorrogar los presupuestos reduce la capacidad de innovación pública”, añade. “El escenario no es halagüeño”, asevera Parra.
Indica que la gestión no podrá ser proactiva con respecto a todo lo que puede suponer desde el punto de vista tecnológico; la economía circular o azul; así como las nuevas inversiones. “Eso reduce la capacidad de respuesta ante posibles contingencias que puedan aparecer”, detalla. “La prolongación de los presupuestos, desde el punto de vista privado, genera incertidumbre”.
"Un efecto arrastre"
Pero la cosa no queda ahí. Sostiene que cronificar la prórroga de los presupuestos tiene “un efecto arrastre” a la hora de lanzar programas o cofinanciar proyectos con mayores multiplicadores tanto en infraestructura como en I+D. Ahora bien, destaca que no se cortarán las obras que ya están en marcha, pero sí va a ralentizar posibles nuevas licitaciones.
Sostiene que, en definitiva, en materia de inversión puede suponer un parón en el medio y largo plazo. Guillermo Marrero de la Nuez, vicedecano del Colegio de Economistas de Las Palmas, cuenta que los créditos previstos se podrán seguir ejecutando, pero que la prórroga indica “la fragilidad parlamentaria que estamos viviendo en estos momentos”.
Vulnerabilidad
Cuenta que Canarias es una región muy sensible a los vaivenes económicos por su dependencia del exterior. “Por tanto, estaríamos en una situación de vulnerabilidad mayor de la que estábamos con unos presupuestos [aprobados]”, cuenta. Narra que otro de los problemas podría surgir a la hora de elaborar los presupuestos autonómicos porque muchas partidas son estatales.
Además, destaca que puede darse una pérdida de flexibilidad fiscal y planificación estratégica. También pone de manifiesto la incertidumbre que se puede generar y recuerda que hay una ayuda para combatir la pobreza que ronda los 30-40 millones de euros. El problema ante los presupuestos prorrogados es que con la inflación la cifra se puede quedar obsoleta.