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Economía

El Puerto de Arinaga acogerá una planta de residuos metálicos

La empresa Ecoinsular SL ha recibido el aval de la Consejería de Transición Ecológica para la instalación de una planta de tratamiento de residuos metálicos en uno de los puertos de Las Palmas de Gran Canaria

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Puerto de Arinaga./ Autoridad Portuaria de Las Palmas

La empresa Ecoinsular SL ha recibido el aval de la Consejería de Transición Ecológica para la instalación de una planta de tratamiento de residuos metálicos en el Puerto de Arinaga, en Las Palmas de Gran Canaria. La infraestructura ocupará un total de 6.962,40 metros cuadrados destinados al tratamiento de residuos no peligrosos, tal y como recoge el Boletín Oficial de Canarias este lunes. 

Desde la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial han avalado el plan denominado Proyecto uso y obra provisional de nave industrial y acondicionamiento de parcela para planta de tratamiento de residuos metálicos, que la empresa Ecoinsular SL ha solicitado instalar en el Área Funcional 18 del Puerto de Arinaga, en la capital grancanaria. Según la información registrada de la empresa, esta sociedad tiene como objeto la valorización de materiales ya clasificados, el comercio al por mayor de chatarra y productos de deshechos, la separación y clasificación de materiales y la recogida de residuos no peligrosos. La empresa tiene su sede en el municipio tinerfeño de Candelaria y tal y como recogen los informes está dirigida por Concepción Martín Suñer y José Antonio Etxeberría Ramírez

Dos concesiones para Arinaga

Con esta instalación, el Puerto de Arinaga afianza su ecosistema empresarial con un aumento de la actividad en sus instalaciones. El Consejo Administrativo de la Autoridad Portuaria de Las Palmas aprobó otorgar dos nuevas concesiones de dominio público que ocuparían un total de 17.000 metros cuadrados a fin de promover la actividad del puerto. 

La primera de esas concesiones es la de Ecoinsular SL para la instalación de esta planta de residuos. La segunda, que ocupará un mayor espacio, será para Ecovalores Insular SL, a quien se le otorgará una concesión demanial para ocupar 10.200 metros cuadrados para la instalación de un Complejo Medioambiental para tratamiento de lodos EDAR y obtención de abono orgánico, según anunció la Autoridad en febrero y que todavía está a la espera de aprobación. 

Planta de residuos metálicos

Por el momento, es el proyecto de la planta de residuos metálicos el que parece estar más cerca de su instalación en el Puerto de Arinaga. Una concesión que también viene apoyada en una serie de normas medioambientales. Así, según recoge el BOC, dado el calibre de actividad potencialmente contaminadora a la atmósfera y como instalación de residuos no peligrosos, la planta también deberá contar con las autorizaciones correspondientes en relación a la gestión de los residuos. 

Ante la delicada actividad de esta planta, desde Transición Ecológica se pide a la empresa que se cumplan los requisitos para llevar a cabo el Programa de Vigilancia Ambiental emitido al Gobierno. Así se hace hincapié en el seguimiento y vigilancia de cuatro aspectos concretos en relación a la gestión medioambiental de la propia planta. 

De esta manera, se exige la gestión adecuada de los residuos generados durante la fase de obras, funcionamiento y posible desmantelamiento de la instalación, con especial atención en la dispersión de los residuos. También demandan que desde la empresa haya una vigilancia de los parámetros como actividad potencialmente contaminadora de la atmósfera, en especial de la posible afección por olores y ruidos a los núcleos urbanos cercanos. 

Además se incidirá en el control de las posibles fugas y derrames que puedan producirse en los distintos depósitos de la planta. Y, por último, desde el Gobierno también se exige el control de las afecciones que la instalación podría provocar en el “bienestar sonoro” de la población y de la fauna, “en relación con las posibles emisiones generadas durante las fases de ejecución, explotación y desmantelamiento o demolición”. En base a esto último, obligarán a la realización de un seguimiento y evaluación de los niveles sonoros en el entorno inmediato de la instalación durante todas sus fases de vida.