Canarias registró en los seis primeros meses de 2025 un total de 13.380 accidentes de trabajo con baja, lo que supone un 3% menos que en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, la evolución no ha sido homogénea: mientras que los accidentes leves descendieron un 3,4%, los graves y mortales han experimentado un preocupante repunte.
Según los datos publicados por el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), entre enero y junio se produjeron 107 accidentes graves o muy graves, frente a los 70 contabilizados en 2024. Además, 18 personas perdieron la vida en accidente laboral, casi el doble que en el mismo periodo del año pasado (10 fallecidos) y uno más que el total registrado el año pasado (17).
Por provincias y sectores
La siniestralidad laboral descendió en ambas provincias: un 3,9% en Santa Cruz de Tenerife y un 2,3% en Las Palmas. El índice de incidencia —que relaciona el número de siniestros con el número de trabajadores afiliados— se situó en 211,11 accidentes por cada 100.000 trabajadores, inferior al 223,62 del año anterior
El sector con mayor incidencia sigue siendo la construcción, con 459,71 accidentes por cada 100.000 trabajadores, seguido de la agricultura (361,79) y la industria (317,06). Aunque el sector servicios registra el mayor número absoluto de accidentes (8.707), su índice es el más bajo (182,65), debido a su mayor plantilla.
“Algo no cuadra”
Para Víctor Toledo, coordinador del Gabinete de Salud Laboral de CCOO Canarias, las cifras plantean un escenario preocupante: “No es lógico que disminuyan los accidentes de trabajo leves y aumenten en gran medida los graves y mortales. Esto lo vinculamos a un déficit en la actividad preventiva y a la falta de reconocimiento de muchas patologías por parte de las mutuas”.
Toledo señala que una parte importante de los accidentes mortales está relacionada con infartos y derrames cerebrales, que el sindicato asocia a factores organizativos como la carga excesiva de trabajo, la falta de desconexión o una gestión inadecuada de tareas.
Asimismo, denuncia que las mutuas tienden a derivar casos al sistema público de salud en lugar de reconocerlos como accidentes laborales, lo que agrava la saturación sanitaria y retrasa la recuperación de los trabajadores.
Prevención insuficiente
Desde CCOO advierten que el modelo preventivo vigente está fallando. Muchas empresas externalizan la prevención a servicios ajenos, lo que —según el sindicato— repercute en la calidad de las medidas de seguridad y aumenta el riesgo de siniestros graves, especialmente en sectores como la construcción y la agricultura, donde persisten riesgos tradicionales como las caídas en altura o los atrapamientos.
“Necesitamos una integración real de la cultura preventiva en las empresas, con medidas que se ajusten a la realidad de los riesgos y que prioricen la salud de los trabajadores. Sin una implicación firme de la administración y de las empresas, seguiremos viendo cifras como las de este semestre”, concluye Toledo.
