Qué son las tierras raras, para qué sirven y dónde están

Se trata de elementos químicos que se pueden extraer de minerales encontrados bajo tierra

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Las tierras raras son elementos químicos que se encuentran bajo tierra. / FCI
Las tierras raras son elementos químicos que se encuentran bajo tierra. / FCI

Lantano, europio, disprosio… Y así hasta llegar a 17 elementos químicos que son conocidos como tierras raras. Es posible que la mayoría de la gente no tenga constancia de su existencia, pero son utilizados para fabricar una infinidad de elementos tecnológicos cotidianos como discos duros o baterías para vehículos eléctricos.

Su nombre puede llevar a error. No son tierras, sino minerales que se encuentran juntos en la naturaleza y presentan propiedades físicas y químicas muy similares entre sí. Reciben esa denominación porque resultaba muy complicado separar los elementos de los minerales que los contienen y porque casi nunca se utilizaban.

En su libro Las Tierras Raras, publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ricardo Prego Reboredo explica que las tierras raras empezaron a descubrirse a finales del siglo XVIII, pero no fue hasta después de la II Guerra Mundial cuando se avanzó en sus aplicaciones. Ahora las tenemos en los teléfonos móviles para que sean táctiles y emitan sonido y luz.

Separar los elementos

Aparte de no ser tierras, tampoco se puede considerar que sean raras al tratarse de metales abundantes en la naturaleza. Algunos de ellos llegan a tener más presencia en el planeta que el plomo, el oro o el platino. Lo complicado, en realidad, es la división de estos elementos para conseguirlos en un estado lo más puro posible y así poder darle a cada el uso más indicado.

Se han estudiado varias técnicas para poder llevarlo a cabo, como la separación fotoquímica o la extracción con disolventes, según la investigación ‘Procesos de separación de las tierras raras’, realizada por Alguacil, F.J. Rodríguez, F. para la Revista de Metalurgia del CSIC.

Coche eléctrico recargando. / Archivo
Coche eléctrico recargando. / Archivo

Usos más comunes

Las tierras raras juegan un papel importante de cara al futuro desde el punto de vista de la sostenibilidad. El lantano, uno de los 17 elementos, se utiliza para las baterías de vehículos eléctricos, y el itrio permite crear bombillas de bajo consumo. En la misma línea, el iterbio entra en el proceso de fabricación de paneles solares.

También son fundamentales para memorias de ordenadores, cámaras de vídeo y baterías de portátiles. Objetos tan comunes que todo el mundo puede llegar a usar prácticamente todos los días necesitan que se extraigan tierras raras para seguir disfrutando de sus ventajas. También se emplean para autentificar billetes, colorante en vidrios y pinturas fosforescentes.

 "A las tierras raras se les llama el oro tecnológico o las vitaminas de la industria porque sin ella son tendríamos coches eléctricos, molinos eólicos o las telecomunicaciones", explica Jorge Méndez, del Instituto Universitario de Materiales y Nanotecnología de la Universidad de La Laguna.

Dónde encontrarlas

Las tierras raras se encuentran en suficientes proporciones como para que merezca la pena explotarlas. El monopolio de este producto subterráneo siempre ha sido de China, el país que tiene las mayores reservas del mundo y el que tiene ua mayor producción: un 60% de la cantidad que se comercializa en el planeta. Otros países, como Estados Unidos, Brasil o la India, también tienen parte de la cuota de mercado. No está en esa situación la Unión Europea (UE), que importa casi todo de China.

Para ello, la UE ha apostado por las reservas de tierras raras que hay en Suecia, Finlandia o España. Galicia y Canarias dos lugares donde parece que hay reservas importantes de estos elementos. En el caso del Archipiélago, están en el Tropic, un monte submarino al sur de las islas. La polémica surge con la soberanía de esas aguas, que Marruecos también reclama.

La Unión Europea lanzó a finales de 2020 la Alianza Europea de Materias Primas (ERMA por sus siglas en inglés) para garantizar a los Veintisiete una gama de minerales que les hacen falta para su transición ecológica. La mayor prioridad la tuvieron las tierras raras.

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