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Hotel en Costa Adeje, en Tenerife. / UNSPLASH

La venta de hoteles a fondos de inversión se desinfla en Canarias

El buen momento turístico del archipiélago frena la venta de activos y deja operaciones atípicas como la compra de Spring Hoteles

Canarias ha dejado de ser terreno abonado para los fondos de inversión. Si bien tras la crisis financiera de 2008 y durante la pandemia fueron los principales compradores de activos turísticos, el momento actual de bonanza en la industria ha cambiado las reglas del juego.

Con los hoteleros en cifras récord y sin necesidad de vender, el mercado de transacciones se ha enfriado. Las operaciones, antes frecuentes, hoy son la excepción.

Nadie quiere vender

En el primer trimestre de 2025, la provincia de Las Palmas lideró en España la caída en la oferta de hoteles en venta, con un descenso del 34 %, según el portal Idealista.

“Hoy no hay un alto endeudamiento y las empresas hoteleras no están obligadas a vender”, apunta José María Mañaricúa, presidente de la FEHT.

Fin de un ciclo

Las ventas, explica, “se producían por mala gestión, falta de relevo o situaciones de crisis”. Durante la pandemia, muchos propietarios optaron por traspasar sus activos. Hoy, ocurre lo contrario.

“Desde 2022 no ha habido prácticamente transacciones. La bonanza turística ha traído estabilidad”, añade Mañaricúa.

La excepción tinerfeña

En ese contexto, destaca un movimiento atípico: la compra del Mare Nostrum Resort, en Tenerife. El complejo cambió de manos por 430 millones de euros, en la mayor operación hotelera de la historia en España.

Lo más llamativo: un fondo de inversión vendió el activo a una cadena hotelera. Una operación “al revés de lo habitual”, como la califica Mañaricúa.

Capital sin bandera

En los últimos años, entre el 15 y el 20 % de los hoteles de Canarias han pasado a manos de fondos. Estos controlan cerca de 40.000 camas y generan unos 25.000 empleos directos en el archipiélago.

“El capital se deslocaliza, aunque la gestión suele mantenerse en empresas locales o nacionales”, aclara el representante empresarial.

Inversión congelada

Pese a los volúmenes acumulados, la tendencia se ha detenido. “El pescado está todo vendido”, resume Mañaricúa. Las operaciones, si se producen, son puntuales y requieren ofertas económicas muy elevadas para convencer al propietario.

“La de Spring no marca una tendencia. Es una rara avis, una excepción”, insiste.

Un contexto más sólido

El cambio de tendencia se explica también por el excelente comportamiento del sector turístico. Canarias cerró el primer semestre del año con una ocupación media por encima del 80 %, niveles de rentabilidad al alza y una recuperación plena respecto a 2019.

“Las cadenas están reinvirtiendo en sus propios activos. No necesitan vender para crecer”, apuntan fuentes del sector. En paralelo, el acceso al crédito ha mejorado, lo que refuerza la autonomía de los operadores.

Globalización sin retorno

El dirigente de la patronal lo tiene claro: “Vivimos en un mundo global. Crees que una empresa es española y en realidad no lo es. Eso también ha llegado al turismo”.

Mañaricúa asegura que, la lógica del capital global es imparable. “Dentro de 20 años, los hoteles ya no tendrán cara. Serán fondos internacionales. No habrá a quién reclamarle nada”.