¿Las ventanas de tu oficina en Canarias se rompieron y nadie las cambia?: esta podría ser la razón

La quiebra hace unos años del intermediario en las Islas de una conocida marca alemana de ventanas ha provocado que no se encuentren recambios

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Ventanas de la marca alemana Hueck./ ÁLVARO OLIVER - AH
Ventanas de la marca alemana Hueck./ ÁLVARO OLIVER - AH

Desde que la pandemia de la COVID-19 pasó por nuestras vidas, nos hemos acostumbrado a hacer de forma mecánica determinadas acciones a las que antes quizás no les dábamos tanta importancia. Lavarnos las manos con gel hidroalcohólico regularmente, cubrirnos con el codo al toser o estornudar o ventilar frecuentemente los espacios donde vivimos y trabajamos.

Un acto tan simple como abrir la ventana cada mañana puede volverse un incordio cuando los mecanismos de la misma comienzan a romperse. Más aún en ventanas modulares que se pueden poner en diferentes posiciones y llevan aparejado un sistema de apertura más complejo.

Un ejemplo en Santa Cruz

De repente, una de las funciones que tenía esa ventana ya no sirve. Adiós a la ventilación y a la limpieza de los cristales: hay que llamar a un profesional para que cambie los componentes que se hayan podido romper en el picaporte, sustituir las gomas de aislamiento que impiden la entrada del agua, etcétera.

En los últimos años, la rotura de mecanismos se ha convertido en un problema en el edificio El Pilar, ubicado en el centro de Santa Cruz de Tenerife. Prácticamente todas sus plantas tienen varias ventanas afectadas y no encuentran ninguna solución, ¿por qué? La respuesta está en un problema que afecta a los proveedores de las mismas, según ha podido saber Atlántico Hoy, y que, por tanto, se podría estar replicando en todas las edificaciones en Canarias que tengan su carpintería de metal instalada con esta empresa.

Una empresa sin intermediarios en Canarias

Hace más de tres décadas, el arquitecto que erigió el edificio El Pilar decidió contar con la compañía alemana Hueck -recientemente adquirida por la empresa noruega Hydro- para la carpintería en aluminio de todas las ventanas del edificio, que estaban diseñadas en sus medidas y posición por el propio arquitecto y, por tanto, se hicieron a medida.

Pero el encargo no se realizó directamente con Hueck, sino que se hizo con una empresa intermediaria que operaba en Canarias. Hace aproximadamente cinco años, dicho intermediario quebró. Desde entonces, el mantenimiento en el edificio El Pilar -y por extensión en todos los lugares que hubiesen instalado ventanas de esa empresa con ese intermediario para el Archipiélago- ha quedado desatendido.

No se puede conseguir piezas

No es que los propietarios de los edificios afectados no quieran cambiar las ventanas, sino que su interlocutor para traer los repuestos a las Islas ha desaparecido y, como nadie ha ocupado su lugar, no se puede conseguir las piezas originales. 

En el edificio El Pilar, según cuenta su presidente a este medio, la alternativa que se está barajando es intentar que otra empresa de aluminios pueda producir por encargo mecanismos a medida similares para "fabricar" así los repuestos. Pero, de momento, parece que el tema va para largo.

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