La hucha de las pensiones depende de las personas que estén trabajando y hay lugares donde salen mejores las cuentas entre cotizantes y pensionistas. En Canarias hay 2,69 trabajadores por cada pensionista, una cifra superior a la media nacional. Aunque ya el Archipiélago sobresale a nivel estatal, si se analiza por municipios - de más de 10.000 habitantes -, Yaiza, en Lanzarote, se lleva la corona de relación entre afiliados y jubilados.
La localidad turística ubicada en el sur conejero tiene casi 17.000 habitantes, de los que 10.500 están trabajando y dados de alta en la Seguridad Social, la mayoría de ellos en el sector hotelero. Entre sus residentes viven alrededor de 1.100 pensionistas, por lo que, según los datos y los cálculos, este municipio puede presumir de una gran salud financiera en materia de pensiones, al contar con 9,3 cotizantes por cada pensión que se abona. Esta ratio es la más alta de todo el país, según el Centro Geográfico Nacional (CNIG).
Más trabajadores que pensionistas
Uno de los factores que ha situado a Canarias entre las comunidades con mejores datos ha sido el impulso que ha experimentado el empleo en la última década. Por ejemplo, en noviembre se contabilizaron 936.828 cotizantes, según datos publicados por el Ministerio de Seguridad Social. El archipiélago ha ganado 33.141 afiliados en relación a noviembre de 2023, lo que ha implicado un aumento del 3,67%.
En cuanto al número de pensionistas, hay un total de 341.699 personas que reciben una pensión. Se contabilizan 367.110 retribuciones en las islas - un número superior al de pensionistas, dado que algunas personas reciben más de una prestación -. De estas, las de jubilación, que son las más numerosas, ascienden a 208.969; las de viudedad son las siguientes (83.443), seguidas de las de incapacidad permanente (55.696), orfandad (16.408) y las destinadas a favor de familiares (2.594).
Este hecho, ha provocado que se eleve el número de cotizantes por cada pensionista. En agosto de 2023, la ratio era de 2,56 trabajadores por cada persona que percibe una pensión, mientras que en noviembre de 2024, se han llegado a alcanzar los 2,69 empleados por pensionista. El dato es un poco superior en la provincia de Santa Cruz de Tenerife (2,70) que en la de Las Palmas (2,68).
Por islas y municipios
Las islas con mayor proporción entre afiliados y pensionistas son Lanzarote y Fuerteventura. En tierras conejeras, la mayoría de los municipios superan la media autonómica, llegando a la ratio de 9,3 en Yaiza, 5,6 en Tías o 3,6 en Teguise. Su vecina majorera resalta de la misma manera con ratios como 6,8 en Pájara, 4,7 en La Oliva y 3,9 en Antigua.
En el resto de islas, las situaciones son más variadas y hay municipios donde se contabilizan más pensionistas que trabajadores. La ratio más baja es de 0,7 en Artenara (Gran Canaria), al ser uno de los puntos más despoblados y envejecidos de la isla. El dato que más se repite de los más bajos es 0,8, que se da en Vallehermoso (La Gomera) y en las localidades grancanarias de La Aldea, Agaete, Valleseco, Firgas y Moya.
Las localidades con mayor ratio del resto de islas se ubican en el sur de Tenerife y Gran Canaria, coincidiendo con el factor turístico que caracteriza a los municipios de Lanzarote y Fuerteventura.
El turismo en Canarias
El modelo turístico que define a la economía canaria juega un papel vital en este cálculo, pues las actividades relacionadas con el turismo son las que más empleo generan, por lo que concentran mayor número de trabajadores.
Aquí entra en juego también el papel de la migración, que cubre muchos de estos puestos y que se ha conformado como una parte importante de la población residente en Canarias, sobre todo desde los países europeos y de Latinoamérica.
Pocos bebés y muchos jubilados
En este sentido, la migración está suponiendo una forma de mantener el sistema intergeneracional que caracteriza a la hucha de las pensiones, que se tambalea en cierta medida en Canarias - al igual que en el resto de España, aunque algunos factores perjudican más al Archipiélago -.
Es el caso de la natalidad, dado que las Islas tienen la más baja del país, con menos de un hijo por mujer, por lo que no se incrementa la población activa local, sino que se sustenta de las personas que llegan a las islas.
La pirámide poblacional está entonces desequilibrada y el conjunto de pensiones se ve también amenazado por la jubilación en masa de la generación del baby boom - nacidos entre 1957 y 1977 -, que integra casi la mitad de la población canaria.
El 40,5% de esta generación, compuesto por quienes tienen entre 55 y 65 años, comienza ahora a retirarse gradualmente del mercado laboral. El 59,5% restante, que abarca a las personas de entre 45 y 54 años, iniciará su salida a partir de la próxima década.
Comparación con el resto de España
El movimiento de la población y su envejecimiento, así como los modelos económicos que definen a cada comunidad terminan determinando en cierta medida su situación. En contraste con municipios como Yaiza, y otros tantos en la costa mediterránea, Andalucía y las islas, el panorama se oscurece en numerosas localidades de Galicia, la cornisa cantábrica y varias zonas de Castilla y León, donde la ratio de quienes pagan y quienes cobran es muy baja, incluso por debajo de uno.
Según los datos, en 30 provincias españolas, más de la mitad del total, hay menos de dos cotizantes por cada pensión abonada en su territorio. Las cinco provincias con mayores dificultades para financiar sus pensiones, en un hipotético sistema territorializado - en lugar de la gestión estatal que se hace -, serían Ourense, con apenas un cotizante por pensión; Lugo, con 1,1; León y Zamora, ambas con 1,2; y Asturias, con 1,3. En esta última, además, las pensiones son de las más altas de España, un fenómeno compartido con el País Vasco.
Es ante esta panorámica cuando se realza la necesidad de un mayor número de cotizantes, ya sea a través de la creación de empleo, diversificación de la economía, aumento de la productividad, etc., a la vez que se percibe el papel de la financiación estatal entre comunidades.