Con un gasto turístico en Canarias que superó el año pasado los 4.400 millones de euros, el Ejecutivo canario, con un tipo impositivo del 7% en IGIC, pudo haber recaudado los citados 310 millones de euros de todas las actividades que componen el gasto en destino, como alojamiento pagado en destino, alimentación y bebidas, transporte local, actividades recreativas, culturales y deportivas, compras y otros gastos como salud o farmacia, entre otros.
A pesar de este importante incremento, Ashotel considera que los espacios públicos y las infraestructuras turísticas de las islas "apenas se han visto beneficiadas de ese aumento de recaudación".
La patronal hotelera opina que hay quienes justifican la necesidad de un nuevo impuesto al sector turístico con el argumento de la redistribución de la riqueza generada, "como si lo recaudado por ese nuevo impuesto fuera a parar a los bolsillos de los canarios de forma proporcional, según sus necesidades o, mejor, que los canarios pudieran decidir en qué debería de gastarse dicha recaudación".
Además, recuerda que el pago de salarios para quienes trabajan en turismo es una de las mejores formas de distribución de la riqueza generada en cualquier actividad económica.
Según Ashotel, si los fondos del IGIC se reparten en un 48% entre ayuntamientos y cabildos, no parece que lo recaudado hasta ahora haya servido para la mejora de muchos de los espacios turísticos de Canarias.
La patronal hotelera considera que más que incrementar la recaudación del sector turístico, lo que hay que hacer es mejorar la eficiencia del uso de estos fondos.
Algunos justifican que estos impuestos ya funcionan y existen en ciudades como Barcelona, Venecia o París, pero ninguna de ellas está enfocada a un turismo vacacional que depende 100% de la conectividad aérea, como le ocurre a Canarias, resalta.
A pesar de la situación de bonanza turística de la que disfruta hoy el archipiélago, Ashotel recuerda que varios asuntos no tan positivos flotan en el horizonte, como el Brexit, que afecta al 30% de los turistas que recibe Canarias, el resurgir de mercados competidores, la existencia de explotaciones ilegales y el auge del alquiler vacacional ilegal.