El dilema del turismo en la era digital: innovar o desaparecer

Innovaciones como la inteligencia artificial, los robots, el big data, la geolocalización, o el internet de las cosas están modificando nuestras pautas de consumo

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Miles de innovaciones han transformado por completo a la sociedad y por ende el turismo, uno de los sectores más beneficiados por las tecnologías de la información. 

Desde la invención, relativamente desconocida aún por aquellas fechas para el gran público, de la World Wide Web, que el ingeniero británico Tim Berners-Lee había creado en 1989 para que la humanidad compartiera “ideas y conocimientos”, el mundo -y la industria turística- no han vuelto a ser iguales gracias a esta innovación que lo cambió todo.

De hecho, en 1994 varias compañías ya estaban comenzando a experimentar las posibilidades que ofrecía internet al mundo de los negocios, entre ellas el comercio electrónico. Ese mismo año, se registró el primer pedido online del mundo a través de la web de Pizza Hut. Y apenas dos años más tarde, en 1996, nacían las primeras agencias de viajes online del mundo: Expedia, Travelocity y Booking.

El 35% de las ventas online en España corresponde al sector turístico: vuelos, hoteles, rent a car, paquetes turísticos, atracciones... Lo cierto es que el sector turístico ha sido uno de los grandes beneficiados por las tecnologías de la información: de los 40.000 millones de euros facturados a través del comercio electrónico en España el año pasado, el 35% de las ventas correspondió a viajes, incluyendo vuelos de avión, estancias en hoteles, reservas de vehículos, paquetes turísticos, entradas a atracciones, etc.

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Cuarta revolución industrial
El cuarto de siglo que separa el año 1994 del momento actual ha estado marcado por un sinfín de innovaciones técnicas que podríamos resumir en la llamada “Cuarta Revolución Industrial”.

Según Hosteltur, digamos que las tres revoluciones industriales anteriores (protagonizadas por el vapor, la electricidad y los ordenadores sucesivamente) cambiaron el modo en que construíamos cosas o movíamos las mercancías, pero esta cuarta revolución nos está cambiando a nosotros mismos.

Innovaciones como la inteligencia artificial, los robots, el big data, los vehículos autónomos, la geolocalización, la posibilidad de estar siempre conectado (en casa, el trabajo, mientras nos movemos), el reconocimiento facial, los asistentes virtuales, el internet de las cosas... Todo ello y lo que está por llegar está modificando ya nuestras pautas de consumo, cómo interactuamos (con otras personas y empresas) y el modo en que viajamos.

Además, estas fuerzas tecnológicas desatadas por la Cuarta Revolución Industrial empujan a las compañías en dos direcciones radicalmente opuestas: hacia a la innovación... O hacia su desaparición. El 88% de las compañías que formaban parte de la lista Fortune 500 a mediados de la década de 1950 han dejado de existir.

El futuro del trabajo es otra gran incógnita que se abre ante nosotros. “Los aspectos fundamentales y naturaleza global de esta revolución también plantea nuevas amenazas relacionadas con las disrupciones que podría causar, afectando el mercado de trabajo, el futuro de los empleos, la desigualdad de ingresos, la seguridad geopolítica así como el sistema de valores sociales y el marco ético”, advierte el economista Klaus Schawab, fundador del Foro Económico Mundial y autor del libro “La Cuarta Revolución Industrial” publicado en 2016.

España está en el podio de los países del mundo que más visitantes reciben y eso es importante. Pero más determinante aún será líder en innovación turística.