Desde Thomas Cook subrayan la relevancia de este caso, que “envía un claro mensaje a futuros demandantes de que no pagaremos reclamaciones que creamos puedan ser deshonestas y tomaremos acciones legales si fuera necesario”. Sigue la misma línea adoptada por Theresa May, que esta misma semana ha tomado cartas en el asunto de las reclamaciones falsas.
El Tribunal del Condado de Liverpool ha encontrado los argumentos de los demandantes totalmente inverosímiles y ha resuelto que no sufrieron ninguna enfermedad.
Este caso, según explica Mottershead, “sigue un patrón común cada vez más habitual para este tipo de acciones, con una reclamación por enfermedad años después de haberla sufrido, sin pruebas médicas ni de ningún tipo que demuestren que efectivamente así ocurrió. En casos como éste no aceptaremos nuestra responsabilidad y adoptaremos las acciones legales necesarias para proteger a todos nuestros clientes”.
La pareja pedía más de 11.000 euros de indemnización
En concreto pedrían 10.000 libras (11.290 euros) por daños y perjuicios no tiene desperdicio. Julie Lavelle y su pareja Michael McIntyre disfrutaron, junto con sus hijos de tres años y de 14 meses, de 14 días de estancia en el citado hotel en Playa del Inglés en régimen de todo incluido del 29 de julio al 12 de agosto de 2013.
Casi tres años después, sin ninguna notificación previa, el bufete de abogados Bridger & Co of Landovery Carmarthernshire envió una reclamación asegurando que toda la familia había sufrido gastroenteritis desde el tercer día de sus vacaciones y hasta su regreso al Reino Unido debido a una “inadecuada higiene alimentaria”, y el 21 de julio de 2016 interpuso la demanda ante el Tribunal del Condado.
Sin embargo Michael McIntyre no mencionó nada en el cuestionario de satisfacción que rellenó en el vuelo de regreso, dejando en blanco el apartado de enfermedades, pero sí señaló en la mayoría de las preguntas que los servicios recibidos habían sido buenos o excelentes. En su demanda McIntyre aseguró que había completado el cuestionario después de beberse seis cervezas, por lo que marcó las respuestas de manera aleatoria o positivamente para tener más opciones de ganar el premio que incentivaba responder el formulario.
Por su parte Julie Lavelle, aunque aseguró que sus hijos tuvieron diarrea y vómitos durante cuatro o cinco días, no solicitó ningún tratamiento médico limitándose a automedicarles, ni se lo comunicó al personal del hotel, los representantes del turoperador ni a nadie. Ella y su familia no tuvieron ningún problema en el vuelo de cuatro horas que les llevó a casa, y eso a pesar de que según su versión persistían los síntomas, y tanto ella como su pareja volvieron al trabajo al día siguiente de regresar y sus hijos a la guardería. A los pocos días ella y su hija fueron al médico por otras razones y en ningún momento mencionó los supuestos problemas de salud sufridos.
Por todo ello el Tribunal ha encontrado sus argumentos totalmente inverosímiles y ha resuelto que no sufrieron ninguna enfermedad, por lo que les obliga a ambos, que no a sus hijos, a asumir las costas judiciales.