La pandemia del coronavirus ha llevado a la ruina a la empresa Sismacon SA, de Tenerife, fundada en 1993 para la venta de materiales destinados al sector de la construcción.
Los tribunales mercantiles de la isla han declarado el concurso de acreedores de la compañía y encargan la gestión del expediente al abogado Gonzalo Alfredo Álvarez Gil, en su calidad de administrador concursal. Los proveedores afectados por el percance deberán comunicar el importe de sus créditos para la inclusión en la lista definitiva de acreedores.
Sismacon fue constituida en 1993 en El Chorrillo por Juan José Sánchez Soria, Juan Gregorio Díaz López y Luis Manuel Ruiz Rodríguez, quienes formaron el primer consejo de administración. Hoy, Sismacon tiene la sede social en la calle San Francisco de Paula, de Llano del Moro. El administrador único es Juan Gregorio Díaz López.
La firma se dedica a la distribución de sistemas para 'compartimentar' interiores, falsos techos, aislamientos térmicos-acústicos, etc.
En sus mejores tiempos, que fueron hace una década, Sismacon llegó a facturar 2,5 millones. En los últimos años ha vivido una lenta consunción, que se aceleró tras la irrupción de la pandemia. Además, desde 2018 la cuenta de resultados arroja pérdidas. Sismacon está dotada de un capital de 60.000 euros.
Liquidación de Viajes Pamir
Otro descalabro empresarial en Tenerife lo protagoniza Viajes Pamir SL, que presta servicio como agencia turística. Antes del coronavirus, llegó a contar con diez empleados y registraba ventas de 1,1 millones anuales.
El desarrollo de Pamir ha sido cualquier cosa menos plácido. Arrastra pérdidas intermitentes desde hace cerca de diez años, por importe acumulado de 400.000 euros. De hecho, los números rojos consumieron hace mucho tiempo sus fondos propios (capital más reservas). Y han ocasionado que desde 2014 cierre los ejercicios fiscales con saldo negativo en dicho epígrafe.
El deterioro de Viajes Pamir ha sido tal, que el propio administrador Jesús Manuel Negro López ha pedido la quiebra y la liquidación del negocio. Asumió el cargo en abril de 2020, en pleno confinamiento, previo cese de los administradores solidarios María Concepción Negro López y Francisco García Rodríguez.
El Juzgado Mercantil número 2 de Santa Cruz ya ha dictado la disolución de la sociedad.