“Para sacar un salario interesante deben trabajar todo el día, es una situación muy precaria, no tienen momentos de descanso”. Así de tajante se expresa Héctor Fajardo, secretario de organización de UGT Canarias, sobre la labor de quienes cubren los pedidos de la plataforma Uber Eats como autónomos —una práctica por la que el Estado estudia ir por la vía penal—.
El Ministerio de Trabajo, cartera que encabeza Yolanda Díaz, ha anunciado —tal y como informó El País— que si Uber Eats no cambia en enero su modelo de operar con autónomos irán por la vía penal contra la compañía. Según fuentes consultadas por el mismo periódico, la compañía está allanando el camino para volver a un sistema centrado en los asalariados.
Por la vía penal
Al parecer, desde el área gestionada por la líder de Sumar apuntan que irán por la vía penal desde que cuenten con un soporte documental adecuado —en lugar de aguardar a los requerimientos de Inspección de Trabajo—. Fajardo señala que en los últimos años han presentado varias denuncias por no pasar al régimen general a los autónomos.
“Lo primero que deben hacer es regularizar a los trabajadores, nosotros tenemos varias demandas individuales puestas por trabajadores que son falsos autónomos”, subraya el representante sindical. Además, indica que el anuncio del Ministerio es “una alegría” porque los empleados del sector —dice— tienen la necesidad de que se actúe para solucionarlo.
El convenio
Pone como ejemplo lo ocurrido hace tres años, cuando una empresa subcontratada por Uber Eats en el Archipiélago dejó de operar y afectó a las más de 100 personas que tenía en la plantilla. Además, Fajardo sostiene que desempeñaban más horas de las que ponía su contrato y no se les aplicaba el convenio del sector del transporte.
La clave para entender el asunto está en que si están bajo el régimen de asalariados se les aplica las tablas salariales del convenio. Pero, en caso de ser autónomos, “tienen que hacer muchos pedidos para sacar un salario digno”. “Me atrevería a decir que más del 90% de los trabajadores son de origen latinoamericano y llegan en una situación muy precaria”, añade.
Los beneficios
Pone sobre la mesa que los beneficios que reciben los repartidores son mínimos porque deben compartir parte del dinero con Uber Eats —al igual que ocurre también con otras plataformas—. “Ellos nos cuentan que muchos de los beneficios que sacan son de las propinas que dan los usuarios en mano”, afirma.
Santiago Domínguez, coordinador del sector de Carreteras de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras Canarias (FSC-CCOO), cuenta que los riders en general —de varias plataformas— viven una situación precaria. “No hacen una jornada continua, sino que tienen también otros empleos”, subraya.
“Tú te vas a cualquier centro comercial grande y ves a siete u ocho chavales sentados en una escalera a la intemperie con las patinetas o las motos al lado esperando que suene el teléfono”, afirma. El representante sindical apunta que en el Archipiélago hay casi 2.000 riders —1.000 en la provincia de Las Palmas y 800 en Santa Cruz de Tenerife—.
