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Imagen de Betancuria, pueblo de Canarias / GOBIERNO DE CANARIAS

Se buscan vecinos: el pueblo de Canarias donde puedes comprar una casa por 120.000 euros

Este pueblo es ideal para aquellos que anhelan empezar de nuevo en uno de los rincones más bonitos y fascinantes de Canarias

En el corazón de una isla azotada por el viento y el tiempo, hay un lugar donde la historia susurra en cada piedra y las calles empedradas parecen detenidas en el calendario. Un pueblo que, pese a su grandeza patrimonial, ha quedado reducido a la mínima expresión humana, como si esperara pacientemente el regreso de sus habitantes.

La tranquilidad lo gobierna todo, y al mismo tiempo, invita a imaginar una nueva vida.

Betancuria, historia viva

Betancuria, en el centro occidental de Fuerteventura, fue la primera capital de la isla y es hoy el municipio con menos habitantes de Canarias, con apenas 812 personas censadas, según el INE. Fundada en 1405 por Jean de Bethencourt, conserva su esencia medieval, lo que le ha valido un lugar en la red de los Pueblos más Bonitos de España.

Su entorno es un tesoro geológico: el Parque Rural de Betancuria, con más de 16.000 hectáreas protegidas, abraza este núcleo urbano, convirtiéndolo en un enclave tan singular como solitario. Un rincón perfecto para quienes buscan paz, naturaleza y una desconexión auténtica.

Casas a buen precio

Aunque suene a utopía, en Betancuria aún se pueden encontrar viviendas por menos de 130.000 euros. En plataformas como Idealista, hay disponibles casas rústicas de unos 97 metros cuadrados por 125.000 euros, con dos habitaciones, un baño y el encanto de una vida sencilla en un paraje natural.

Estas propiedades suelen conservar el estilo tradicional de la isla, con muros blancos y techos a dos aguas. Para quienes sueñan con una segunda residencia, una jubilación diferente o incluso teletrabajar rodeados de historia, Betancuria ofrece una oportunidad rara.

Un pueblo por redescubrir

Convertido en museo al aire libre, con su iglesia de Santa María, el convento franciscano y los vestigios de un pasado colonial, Betancuria no solo llama a turistas, sino a quienes estén dispuestos a convertirse en nuevos vecinos.

Quizás no sea un lugar para todos. Pero sí puede serlo para los que anhelan empezar de nuevo en uno de los rincones más bonitos y fascinantes de Canarias.