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Imagen del castillo en ruinas / ARCHIVO

El castillo de Canarias que fue prisión y ahora es una enorme ruina olvidada del siglo XVII

Este castillo guarda siglos de historia entre muros erosionados y silencios, tras ser una fortaleza clave contra corsarios y cárcel militar

En lo alto de un risco, dominando la ciudad desde las alturas, se esconde una de las construcciones más enigmáticas y olvidadas de Canarias. Levantada hace más de 400 años como bastión defensivo, terminó sus días como prisión militar y hoy, casi en silencio, solo unos muros agrietados recuerdan su pasado glorioso.

Durante décadas, fue ignorado por las rutas turísticas y excluido del imaginario colectivo. Sin embargo, los últimos movimientos apuntan a que esta joya histórica podría volver a la vida.

De fortaleza a cárcel

El Castillo de San Francisco, también conocido como Castillo del Rey, se construyó a comienzos del siglo XVII como respuesta al devastador ataque del corsario Pieter van der Does en 1599. Fue una pieza clave en la defensa de Las Palmas de Gran Canaria, vigilando el acceso a la ciudad desde tierra firme y formando parte de un complejo sistema amurallado. Su estructura, adaptada al relieve del risco, llegó a ocupar más de 5.700 metros cuadrados.

Con el paso del tiempo, el castillo fue perdiendo protagonismo y, aunque en 1898 se ordenó su demolición, esta nunca se ejecutó. En su lugar, pasó a utilizarse como prisión militar, donde se recluía a soldados y detenidos castrenses. Su etapa como cárcel culminó con un hecho que salió en los medios nacionales: la fuga de tres paracaidistas y un legionario en 1979.

Décadas de abandono

A pesar de su valor histórico, la fortaleza quedó fuera de los circuitos culturales y turísticos. Aunque en 1997 pasó a manos del Ayuntamiento de Las Palmas, no se tomaron medidas efectivas para su recuperación. El paso del tiempo, la erosión y la vegetación invasiva hicieron mella en su estructura.

Solo en 2024 se dio el primer paso serio hacia su rescate. Una intervención conjunta del Gobierno de Canarias, el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento incluyó limpieza, escaneado láser, drones y sondeos arqueológicos. Entre los hallazgos: casquillos de bala, monedas y fragmentos de muralla que ayudarán a reconstruir su historia.

Hacia una nueva vida

Ese castillo es el Castillo de San Francisco, también conocido como Castillo del Rey, ubicado en lo alto del barrio que lleva su nombre. Su historia, larga y accidentada, lo convierte en uno de los baluartes más importantes del patrimonio de Canarias.

Las autoridades planean convertirlo en un centro de interpretación del sistema defensivo de la ciudad, junto al Castillo de Mata y la Batería de San Juan. Si se cumplen los planes, el Castillo de San Francisco volverá a abrir sus puertas, no como prisión, sino como un museo vivo que conecte el presente con el pasado.