En el mundo de la repostería hay recetas que traspasan fronteras y evolucionan hasta convertirse en auténticos iconos gastronómicos. Un claro ejemplo es un postre irresistible que ha logrado hacerse un hueco en la tradición canaria y que, aunque su origen se remonta a tierras sudamericanas, ha encontrado su verdadera esencia en el archipiélago. Su éxito ha sido tal, que muchos intentan replicarlo, pero solo en un lugar se puede probar el auténtico.

Se trata del famoso polvito uruguayo. La historia de este dulce comienza en la cocina de una madre, Susana Elisa Lanús, quien con cariño preparaba postres para su hijo en su país natal, Uruguay. Cuando su hijo, Alberto De Los Santos, emigró a Canarias en los años 70, los caminos de ambos se separaron. Sin embargo, más de una década después, madre e hijo se reencontraron en Gran Canaria, y con ellos también resurgió la tradición de compartir un buen postre casero.

El restaurante donde comenzó todo

Fue entonces cuando nació la receta que, con el tiempo, se convertiría en un fenómeno en los restaurantes de la isla. Tras probarlo, Alberto supo que tenía que compartir esa delicia con sus clientes, y así comenzó la leyenda de un postre que, sin intención de sus creadores, acabaría convirtiéndose en parte de la identidad gastronómica de Canarias.

Quienes buscan la versión original de este postre deben dirigirse a El Novillo Precoz, un asador emblemático de Las Palmas de Gran Canaria donde su creadora comenzó a prepararlo para los comensales. La aceptación fue inmediata, hasta el punto de que las bandejas preparadas a diario se agotaban en cuestión de horas.

Un nombre casual

Con el tiempo, los clientes comenzaron a preguntar por los ingredientes, pero la receta se ha mantenido en secreto. Todo lo que se sabe es que combina un polvito blanco, un polvito marrón, una crema especial y frutos secos, que originalmente eran nueces pero que se sustituyeron por almendras debido a alergias alimentarias. Fue un cliente quien, al escuchar la descripción de la receta, exclamó: "¡Esto es un polvito uruguayo!". Y así quedó bautizado el postre, aunque en la carta del restaurante todavía figura con su nombre original: Novillo.

Con el tiempo, la fama del postre creció y empezó a servirse en muchos otros locales, llegando a ser considerado por algunos como un postre típico canario. Y no es de extrañar, ya que aunque sus raíces estén en Uruguay, fue en Canarias donde nació la receta definitiva con ingredientes de la isla.

El secreto mejor guardado

A pesar de su popularidad, la receta original jamás ha sido desvelada. Cuando alguien pregunta por ella, Alberto solo responde con una sonrisa y un "no lo sé", manteniendo intacto el misterio. Lo único que ha revelado es que el auténtico polvito uruguayo lleva exactamente seis ingredientes y que, sorprendentemente, ninguno de ellos es dulce de leche, un elemento que muchos erróneamente asumen que forma parte de la receta.

Hoy en día, este postre es una parada obligatoria para los amantes de los dulces que visitan Gran Canaria. Aunque haya numerosas versiones, solo en su lugar de origen se puede degustar la receta auténtica, la que nació en una cocina familiar y terminó convirtiéndose en un tesoro de la gastronomía isleña.