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Detenida una joven de 19 años y su pareja por el apuñalamiento mortal de su abuelo en Firgas. / AH

Pruebas clave en el asesinato de Consuelo Padrón: sangre y heridas defensivas apuntan al sospechoso

El investigado, J. M. S., enfrenta prisión provisional sin fianza tras encontrarse indicios de su participación en el crimen, incluyendo manchas de sangre y contradicciones en su declaración

M. Alonso

Las autoridades han encontrado pruebas que presuntamente vinculan a J. M. S. con el asesinato de Consuelo Padrón Medina, ocurrido el pasado 19 de febrero en La Aldea de San Nicolás, Gran Canaria. Entre las evidencias destacan manchas de sangre en la ropa y calzado del sospechoso, así como heridas en su rostro que podrían ser compatibles con lesiones defensivas de la víctima. El contenido del auto judicial, al que ha tenido acceso este periódico, fue adelantado en primicia este sábado por los servicios informativos de la Televisión Canaria.

Según el auto, M. S. fue detenido tras hallarse en su vivienda una toalla con manchas de sangre de “relevante dimensión”, así como restos biológicos en el lavabo y azulejos de su casa. Las prendas que llevaba el día del crimen también presentaban manchas de color rojo, que podrían corresponder con sangre, según los investigadores. El sospechoso alegó que las heridas en su rostro se las había causado al manipular espinillas, pero esta explicación no ha sido corroborada por los testigos.

Acceso a la vivienda

Los hijos de la víctima, I. y J. C. M. P., declararon que el investigado tenía acceso a la vivienda de su madre. Idalia relató que M. S. ayudaba a su madre con tareas domésticas, como cambiar la bombona de gas, y que en ocasiones le pedía dinero. Además, mencionó que hubo un incidente anterior en el que su madre acusó al investigado de presuntamente robarle 200 euros, aunque posteriormente continuaron manteniendo contacto. J. C. corroboró esta información, añadiendo que su madre controlaba su propia medicación y no necesitaba ayuda, lo que contradice la versión de M. S. de que estaba en la vivienda para ayudarla con sus medicamentos.

Las cámaras de seguridad desmienten la coartada del investigado. M. S. declaró que el día del crimen estuvo en casa de la víctima ayudándola con su medicación, pero las grabaciones lo sitúan en un supermercado a la misma hora. Esta contradicción, junto con el hallazgo de un cuchillo con manchas de sangre en la escena del crimen, ha sido clave en la investigación —aunque el arma también contiene huellas de uno de los hijos de la víctima que, según relató él mismo, lo retiró de la escena al llegar e intentar socorrer a su madre—.

Otro testigo, V. M. M. P., hijo de la víctima, declaró que el investigado tenía una llave de la casa de su madre, aunque no estaba seguro de si todavía la conservaba. También mencionó que, en el pasado, su madre había tenido un conflicto con M. S. por la desaparición de dinero, pero que posteriormente habían reanudado el contacto.

Indicios suficientes

El juez ha considerado que existen “indicios suficientes” para imputar a M. S. por un delito de homicidio o asesinato, con penas que podrían alcanzar los 25 años de prisión. La prisión provisional sin fianza se ha decretado para evitar el riesgo de fuga y la posible manipulación de pruebas, dada la gravedad de los hechos y la alta probabilidad de condena.

El caso sigue abierto, y las autoridades continúan investigando para esclarecer todos los detalles del crimen. Mientras tanto, M. S. permanecerá en prisión a la espera del juicio, donde se espera que las pruebas presentadas jueguen un papel decisivo en el veredicto final.