El aeropuerto de Gran Canaria está atravesando una complicada situación operativa debido a fallos en su sistema de facturación. Este problema está afectando la salida de vuelos, lo que ha llevado a la declaración de un "rate cero" para despegues con destino al aeropuerto grancanario. Aunque los vuelos con destino a la isla están aterrizando con normalidad, las salidas han quedado prácticamente paralizadas, generando un considerable impacto logístico.
La incapacidad de procesar salidas de forma eficiente está provocando un aumento de aviones en las plataformas de estacionamiento, llevando al aeropuerto a acercarse a su límite de plazas disponibles. De no resolverse el problema, esto podría comprometer aún más la operatividad de la infraestructura.
En redes sociales y medios locales, el incidente se ha señalado como un importante desafío para la seguridad y el manejo del tráfico aéreo, bajo el lema "Safety First" (La seguridad es lo primero). Las autoridades aeroportuarias están trabajando para solucionar la incidencia, mientras que los pasajeros y aerolíneas enfrentan retrasos e incertidumbre.
Por el momento, no se ha emitido información oficial sobre cuánto tiempo podría tardar en resolverse la situación.