Cuando pensamos en senderismo, a menudo imaginamos caminos rodeados de belleza natural y tranquilidad, pero también hay rutas que nos permiten conectar con el pasado, desvelando secretos de tiempos antiguos.
En Canarias, uno de esos senderos ofrece una experiencia única, donde la naturaleza y la historia se funden, creando un recorrido inigualable. Esta es una de esas rutas que no solo satisface a los amantes del senderismo, sino también a los curiosos por las historias que aún susurran las piedras y el agua.
La historia del balneario
A lo largo del sendero, una de las paradas más fascinantes es la antigua ruina del balneario de Azuaje, una edificación que data de 1868. El balneario, que una vez albergó a viajeros y vecinos atraídos por las aguas curativas de la Fuente Santa, tiene un aura nostálgica que transporta a los visitantes a una época en la que este lugar era considerado un refugio de salud. Con 16 habitaciones y capacidad para 30 huéspedes, este balneario era famoso por sus aguas ferruginosas, las cuales eran el principal atractivo.
La historia del lugar, marcada por su clausura en los años 30, su decadencia tras la riada de 1955 y su legado cultural, añade un toque de melancolía a la caminata.
@mariellealessandraa acompáñame al Barranco de Azuaje📍 disfrútalo conmigo💛
♬ sonido original - Marielle
Un entorno agreste con cascadas
El sendero de Azuaje no solo ofrece historia, sino también una experiencia inmersiva en la naturaleza. A medida que los caminantes avanzan por el barranco, la humedad del entorno, junto con el murmullo constante del agua, acompaña cada paso.
Uno de los puntos más espectaculares del recorrido es la cascada que se oculta en lo más profundo del barranco. Para llegar a ella, los excursionistas deben ayudar a atravesar un puente de piedra con cuerdas fijadas en la roca. El esfuerzo se ve recompensado con una imagen onírica: agua cayendo entre helechos y vegetación, creando una atmósfera mágica en medio de la naturaleza.
Una experiencia única
La ruta por el barranco de Azuaje no es solo una caminata, sino un viaje al pasado, a un tiempo en el que la naturaleza y los edificios humanos convivían en armonía. A medida que los senderistas avanzan por este paraje natural, se ven rodeados de recuerdos de épocas pasadas y la impresionante belleza de las cascadas y el entorno natural.
Azuaje, en su aparente silencio y aislamiento, deja una huella profunda en quienes se adentran en su historia y su entorno natural, convirtiéndolo en un sendero imprescindible para todo amante de la naturaleza y la historia canaria.