Entre riscos y barrancos hay un lugar que parece arrancado de otro continente. Las casas trepan por las laderas, los cultivos dibujan formas caprichosas y los barcos descansan, mecidos por el Atlántico. No es Indonesia, aunque podría parecerlo, es Canarias. Es uno de esos destinos que invitan a la pausa, donde cada rincón parece tener su propio tiempo.
Un lugar para desconectar y reencontrarse con lo natural, donde las playas no están masificadas y el rumor de las hojas de palma acompaña el caminar. Aquí, la vida tradicional canaria convive con el turismo activo, y todo se envuelve en una luz especial, esa que convierte los atardeceres en un espectáculo digno de postal.
@areaviajera No es Hawaii, es España 💚. Son las vistas al Valle Gran Rey desde el mirador El Palmarejo. 📍La Gomera, Islas Canarias. #canarias #islascanarias #lagomera #canaryislands #kanarischeinseln #landscape #viewpoint #fyp #foryou #parati #landscapephotography #beautifuldestinations #beautifulview #paisajesnaturales #vallegranrey #vallegranreylagomera #gomera #viajeros ♬ Blinding Lights - Loi
Naturaleza a varios niveles
Este singular enclave se encuentra en el oeste de La Gomera, y se extiende desde el nivel del mar hasta más de 1.200 metros de altitud. Su superficie, de apenas 33 km², alberga zonas de cultivo escalonadas, palmerales, senderos, playas y tres barrios principales colgados de la montaña. Su paisaje combina abruptamente el océano y la montaña, lo que lo convierte en un destino ideal para senderistas, fotógrafos y amantes de la tranquilidad.
Este municipio acoge parte del Parque Nacional de Garajonay y del Parque Rural que lleva su mismo nombre. La historia de la zona está ligada al aborigen Hupalupa, uno de los líderes de la Rebelión de los Gomeros. A pesar de su tamaño, ha visto crecer su población hasta superar los 4.600 habitantes, y su encanto ha atraído tanto a nuevos residentes como a visitantes respetuosos con su ritmo pausado.
Playas y leyendas
Entre las joyas de su litoral destacan lugares como La Playa de La Calera, La Puntilla y el Charco del Conde, un enclave lleno de historia donde, según la leyenda, se bañaba el Señor de La Gomera. Frente a él se divisa La Baja del Secreto, lugar mítico en el que se habría decidido ejecutar a Hernán Peraza en el siglo XV.
La playa más conocida es, sin embargo, la del Inglés, abierta hacia el noroeste y protegida por el imponente risco de La Mérica. Aunque su oleaje puede ser fuerte, en los meses de verano ofrece aguas más tranquilas y atardeceres inolvidables. No es raro ver aquí a viajeros en silencio, contemplando cómo el sol se esconde entre los acantilados.
Un mirador hacia el mar
Este rincón de Canarias también es ideal para los amantes del mar. En su costa se organizan excursiones para ver ballenas y delfines en libertad, una experiencia que deja huella. Pocas cosas hay tan emocionantes como avistar un cetáceo desde una pequeña embarcación, con los acantilados como telón de fondo.
En resumen, este espectacular pueblo gomero es mucho más que un destino turístico: es un paisaje vivo, donde cada piedra y cada ola cuentan una historia. Un lugar que se recorre despacio, saboreando cada paso.
