Imagen de La Gomera, la isla favorita de Verónica Echegui / AH
Imagen de La Gomera, la isla favorita de Verónica Echegui / AH

Ni Gran Canaria ni Tenerife, esta es la isla más especial para Verónica Echegui: "Es hechizante"

Verónica Echegui lo entendió al pisar Canarias por primera vez: hay lugares que te cambian

Irene Cartaya

Hay lugares que se visitan y otros que se sienten. Algunas conquistan por sus playas, otras por su gente. Pero pocas logran lo que hace esta isla: envolver, transformar, hechizar. Quienes la descubren no solo la recuerdan, la llevan dentro. Es lo que le ocurrió a Verónica Echegui, una de las voces más personales del cine español.

No fue amor a primera vista. Fue algo más profundo, más lento. Como el ritmo de su selva.

Un flechazo inesperado

Verónica Echegui, actriz madrileña de 36 años, lo tiene claro: La Gomera es su isla favorita de Canarias. “Estoy enamorada de las Canarias”, confiesa en una entrevista para la Guía Repsol, pero es en esta pequeña isla donde sintió algo especial. “Las carreteras tienen tantas curvas que hubo un momento en el que tenía la sensación de que la isla se movía con el mar. Es mágica, hechizante, que te atrapa”.

No llegó a ver el Mirador de Abrante, ese paseo suspendido sobre un barranco. Pero su conexión con la isla ya estaba sellada.

Un paisaje de sueño

En su relato, Echegui describe a La Gomera como un lugar “con una vegetación preciosísima”, casi de clima tropical, salpicado de “pueblos chiquititos con muy pocos habitantes”. Una isla donde —asegura— “suceden cosas extraordinarias”. Esa mezcla de naturaleza salvaje, misticismo y tranquilidad la convirtieron en un refugio emocional, un lugar que no necesita adornos para ser inolvidable.

Y aunque muchos viajeros se quedan con los destinos más conocidos como Tenerife o Gran Canaria, hay quienes, como ella, prefieren los secretos bien guardados. La Gomera no tiene grandes urbes ni resorts deslumbrantes. Pero tiene algo mucho más difícil de encontrar: alma.

El poder de lo pequeño

En una época en la que todo parece masificarse, La Gomera resiste como un espacio donde el tiempo se estira, las palabras susurran y la naturaleza impone su ritmo. Quizás por eso quienes llegan hasta aquí regresan diferentes. O no regresan nunca, al menos del todo.

Verónica Echegui lo entendió al pisarla por primera vez. Y aunque no lo diga con esas palabras, se intuye en su mirada: hay lugares que te cambian. La Gomera, sin duda, es uno de ellos.