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La Laguna

Vecinos de La Cuesta tiran la basura en una calle cerrada al tráfico

La ausencia de contenedores por las obras de mejora de una vía no son un obstáculos para que ciudadanos poco cívicos llenen de residuos una calle lagunera ante la inacción municipal

3 minutos

Basura tirada en una calle de La Cuesta, en Santa Cruz de Tenerife./ AH

Hace ahora justo un año, en septiembre de 2022, una dana que afectó a Canarias provocó un socavón en una calle de la zona de La Cuesta, La Laguna, que se tragó a un vehículo aparcado.

Hoy, como consecuencia de los todavía trabajos para arreglar toda la calle, la misma se encuentra cerrada y sin contenedores de basura, desplazados de su lugar pues no circula el tráfico. Una situación que parece no haber cambiado las rutinas de algunos vecinos que tiran la basura entre la calle La Hiruela y Francisco Bello, generando una situación de insalubridad importante.

Falta de civismo

Una de las vecinas más afectadas en este contexto es Claudia Fernandes, cuya vivienda se se sitúa justo encima de donde se va acumulando la montaña de restos. “Lo que está pasando es que se junta la falta de civismo de la gente de esta calle y la dejadez, en parte, del ayuntamiento”, comparte en declaraciones a Atlántico Hoy. 

“El problema es que por este problema de insalubridad yo no puedo abrir la ventana porque están entrando moscas todos los días. Es insufrible. Hay hasta pañales sucios, de todo. Incluso para pasar la acera hay que saltar las bolsas de basura a veces”, se queja con amargura Fernandes.

En este sentido, asegura que han llegado a tirar hasta sillones. “¿Cómo es posible que la gente saltellas vallas de la obra y tiren un sillón?”, se pregunta incrédula. 

NIños encerrados en verano

Esta vecina, que vive junto a su pareja y sus dos hijos menores, criitca que este verano lo tuvo que pasar con la ventana cerrada. “Literalmente, los niños estaban encerrados en verano, con la ola de calor que hubo, y la peste que había era insufrible”, señala.

Asimismo, indica que ha hecho varias denuncias al respecto en las redes sociales, donde en una afirmaba que en verano tuvieron “una plaga de ratas que parecían conejos de lo grande que eran”.

Un sillón entre la basura / AH

Inacción municipal, según Claudia

Una herramienta, la de las redes sociales, que ha acabado por usarlas como llamada de atención al ayuntamiento al mencionarlos, ya que de otra forma no había manera. “Pues me dije que lo voy a poner en la página (Facebook) de La Cuesta que lo ve todo el mundo y a ver si lo lee el ayuntamiento”, explica antes de asegurar una ‘casualidad, “Cada vez que etiqueto al ayuntamiento en redes a la hora ya está aquí el camión de basura que -aclara- viene por la calle transversal”.

Fernandes relata que no se puede poner un contenedor en ese punto porque está al lado de un garaje de un vecino, pero al menos algo que ponga el ayuntamiento que de miedo, porque cuando lo ponemos nosotros es como que te fastidias y ya está”. Eso sí, puntualiza que el contenedor al que va ella a diario a tirar su basura “está a menos de dos minutos caminando”.

Si no es basura, es la obra

Antes, como ya explicó Claudia, había contenedores, pero la calle se cerró para las obras y y para poder poner los materiales. “Que esa es otra. Los ponían al tun tun. La arena la tienen fuera y cuando hace una ventolera sale volando. Al final los vecinos de la zona hemos estado casi un año, como quien dice, que no podemos abrir la ventana por la obra”.

En este contexto, Claudia entiende que al final hay que arreglar la calle, “lo que no puede ser es que sumemos a la obra toda una montaña de basura porque lo estamos pasando mal. Yo he contado hasta 30 bolsas de basura un día”.

Vigilancia sin efecto

Por último, y respecto a actuaciones de vigilancia de los vecinos, indica que “hay quienes han visto a otro tirar la basura”, pero ocurre la “típica situación” que como ciudadano puedes ir a hablar, pero puede que a lo mejor la persona no se lo tome tan bien. “Entonces, la gente los ve, pero no puede ir a aleccionarlo, porque, si al reclamar la suciedad y venir el camión basura la persona la sigue echando ahí, es que no le importa. Le da igual”, finaliza resignada.