Hay sitios que no solo se visitan, se sienten. Espacios donde el tiempo se detiene y el paisaje actúa como un refugio, una carga de energía que solo conocen quienes han tenido que alejarse para valorar su verdadero poder. Para algunos, ese rincón tiene forma de mar. Para otros, de fuego petrificado. Para Goya Toledo, el lugar más especial del mundo sigue estando allí, en su isla natal, donde todo comenzó.

La actriz canaria, nacida en Arrecife, vive entre Madrid y Los Ángeles, pero confiesa que nunca pierde la oportunidad de regresar a su tierra. En una entrevista con Vanitatis, dejó claro que ese vínculo con su hogar sigue intacto: “No me canso nunca de verlo y lo hago muy a menudo porque me carga de energía”. Su rincón favorito no está en ninguna gran ciudad ni en un plató de cine. Está al norte de una isla volcánica que parece surgida de otro planeta.

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Mirador del Río

El Mirador del Río, en el extremo norte de Lanzarote, es ese lugar que Goya Toledo no se cansa de contemplar. Desde este punto elevado se observa un paisaje único: el archipiélago Chinijo, con La Graciosa al frente y un mar que parece pintado a mano. La vista es un espectáculo de contrastes: los tonos ocres de los riscos, el azul intenso del océano y el cielo, siempre despejado, creando una sensación casi irreal.

Diseñado por César Manrique, el mirador se integra perfectamente con el entorno. Esculpido en la roca, con amplios ventanales curvos que enmarcan el paisaje como si fueran cuadros, este enclave no solo permite mirar: invita a contemplar. Para Goya, es más que un sitio bonito. Es un lugar de retorno interior.

Lanzarote, isla volcánica

Lanzarote es conocida por ser la más oriental del archipiélago canario, y su esencia volcánica la ha convertido en uno de los destinos más singulares de Europa. El Parque Nacional de Timanfaya, con sus campos de lava y cráteres dormidos, resume la fuerza natural que define a la isla.

Declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1993, Lanzarote destaca por su equilibrio entre naturaleza y arquitectura. La mano de Manrique está presente en múltiples rincones, donde el arte y el paisaje se funden sin esfuerzo. El clima, subtropical y seco, permite disfrutar de sus encantos durante todo el año.

Datos de interés

Con una superficie de 845,94 km² y una población que ronda los 166.000 habitantes, Lanzarote cuenta con siete municipios, siendo Arrecife el más poblado. Desde su punto más septentrional, Punta Fariones, hasta el más meridional, Punta del Papagayo, la isla despliega un catálogo de paisajes que van desde playas doradas hasta campos de ceniza volcánica.

El archipiélago Chinijo, formado por La Graciosa y varios islotes deshabitados como Montaña Clara o Roque del Este, completa la postal mágica que se observa desde el Mirador del Río. Es una zona protegida, rica en biodiversidad y con una belleza natural difícil de igualar.

Un rincón para volver

El mirador es mucho más que una atracción turística. Es un símbolo del arraigo, de la fuerza de los orígenes. Allí donde el mar y la tierra se encuentran en silencio, donde la vista se pierde entre islas, la actriz encuentra calma, identidad y energía.

Y es que hay lugares que, por más veces que se visiten, no dejan de emocionar. El Mirador del Río es uno de ellos. Y, como bien dice Goya, no hay que cansarse nunca de mirar. Solo así se entiende por qué, a pesar del glamour y los focos, su corazón sigue mirando al norte de Lanzarote.