Hay rincones del mundo que parecen sacados de una postal lejana, donde la calma se respira y la autenticidad perdura.
En Canarias existe uno de esos pueblos que han logrado mantenerse fuera del radar turístico, conservando intacto su espíritu marinero, sus casas blancas y sus playas de ensueño. Ahora, ese pequeño paraíso ha sido descubierto por la prensa extranjera, que no ha dudado en compararlo con las mismísimas Maldivas.
Recomendado por The Mirror
El nombre de este pequeño tesoro es Arrieta, y se encuentra al norte de Lanzarote. Un secreto a voces que ya ha empezado a conquistar corazones más allá de nuestras fronteras
Ha sido el diario británico ‘The Mirror’, el cuarto más leído en Reino Unido, quien ha dedicado un reportaje a este “pueblo costero en una popular isla canaria”, cuya existencia, según afirman, “los turistas desconocen por completo”. El texto lo describe como un lugar “pintoresco, con calles encantadoras, arquitectura tradicional y excelente gastronomía”.
Entre los puntos fuertes que destacan se encuentran sus “increíbles restaurantes de marisco”, considerados entre los mejores del archipiélago, y una playa que bien podría competir con los destinos más exclusivos del planeta.
Aguas turquesas y calma
El diario resalta especialmente la playa principal del pueblo: una bahía de más de 800 metros de arena dorada y aguas cristalinas, perfecta para familias y para quien busca paz sin renunciar a la belleza. “Estés donde estés, siempre estarás cerca del mar”, señala el periódico, que también recomienda explorar las piscinas naturales y las cuevas cercanas.
La zona cuenta, además, con un entorno virgen que ha sabido evitar la urbanización masiva. Aquí, la naturaleza aún manda, y es habitual ver a pescadores regresando con sus capturas al atardecer, mientras los visitantes se relajan en terrazas junto al océano.
Muy cerca de joyas turísticas
Este pueblo no solo es un refugio en sí mismo, sino que se encuentra a pocos minutos de otros lugares emblemáticos como los Jameos del Agua, el Jardín de Cactus o la Cueva de los Verdes, todos diseñados o promovidos por César Manrique.
El conjunto convierte esta zona en una de las más singulares y completas de todo el archipiélago.