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Opinión

La forma de “hablar” entre cerebros

3 minutos

Los cerebros se comunican sin necesidad de decirnos una sola palabra. El cerebro humano está tan adaptado a la interacción social que incluso sincroniza con otros cerebros en ausencia de palabras o gestos. En épocas recientes, con la dificultad para observar los gestos de la cara al hablar por culpa de la mascarilla, hemos podido comprobar hasta qué punto adaptamos nuestra forma de comunicar para incluso “comunicarnos sin palabras”.

Los cerebros “charlan” entre ellos a través de la empatía e incluso llegan a sincronizarse para hacer una tarea conjunta de manera más eficaz.

La empatía y la imitación

Los humanos hemos generado sociedades muy complejas en las que los individuos interaccionan de maneras muy variadas. La mayor de parte de la comunicación tanto verbal como no verbal transcurre en una constante predicción, comprensión e influencia de unos en otros. Durante la interacción, la información emotiva, sensorial o cognitiva están siendo constantemente reproducidas en los cerebros receptores, y usan respuestas acordes con las sensaciones que reciben.

Las mentes de los interlocutores se “entrelazan” y comparten para facilitar la reciprocidad. De esa manera, podemos anticiparnos a los actos de los demás para permitir el óptimo procesamiento neuronal y resolver mejor posibles problemas conjuntos.

Sería una forma de imitación o sincronización mental para ajustar las decisiones y reacciones en cada momento, en función de lo que presuponen que le pueda suceder a continuación. Así pensamos de manera conjunta más rápidamente sin necesidad de estar intentando comprender las palabras o las explicaciones.

La sincronización de los cerebros para ser eficaces

Una forma muy potente de investigar lo que ocurre en los cerebros en la interacción consiste en analizar a dos personas simultáneamente en la resonancia magnética para captar la oxigenación de la sangre, y determinar las regiones del cerebro que están activas según los actos.

Así lo hicieron en un estudio efectuado en Finlandia, en el que analizaron simultáneamente a dos personas colocadas cara a cara. La idea era examinar de qué manera el contacto social activa de manera diferencial al cerebro. Cada persona tenía un casco ajustado a la cabeza para registrar simultáneamente lo que ocurría en cada uno de los cerebros según lo que hicieran.

Las parejas participantes debían tocarse los labios alternativamente según se lo indicaron. Al observar el escáner cerebral, observaron que tanto las zonas del cerebro encargadas de gestionar el movimiento como de los estímulos sensoriales estaban activadas en ambos sujetos. Como comenta una de las investigadoras del estudio “es como si las redes sensoriales del cerebro resonaran entre las personas mientras se tocan”. El cerebro parece anticiparse a la percepción sensorial del tacto, por ejemplo.

Este estudio demuestra que los cerebros de las personas que interactúan se sincronizan de manera flexible para trabajar conjuntamente. Las palabras sobran a veces, sobre todo si sienten empatía.

Si tienes pareja, seguramente te habrá pasado muchas veces que sabes lo que la otra persona está pensando o sintiendo antes de que realmente lo exprese. Nuestro cerebro está preparado para trabajar en equipo.

Los cerebros se “coordinan” mientras dormimos

La sincronización entre los cerebros también parece hacerse mientras dormimos. Este diálogo incluso podría beneficiar el sistema cognitivo, la memoria, la gestión de las emociones, la interacción social y la creatividad. Sin embargo, los cambios del ambiente (por ejemplo, cambiar de habitación) puede afectar esa sintonía hasta que se restablece el patrón normal de adaptación.

En un estudio reciente en el que se siguió la evolución del sueño en parejas estables se observó que había un 75% de sincronía.

Sin embargo, para que esta sincronía fuera enriquecedora y beneficiosa para ambos cerebros tenía que efectuarse en parejas consolidadas que tuvieran un vínculo fuerte.

Elige bien con quién dormir

Por otra parte, se sabe que dormir con cerebros con los que la sincronización no es buena puede generar trastornos del sueño.

En ese caso, es mejor dormir solo para mejorar la calidad del sueño. Este aspecto tiene que ver con el hecho de que el sueño es una situación de vulnerabilidad en la que se requiere una sensación de seguridad y tranquilidad. Por ello, si la mente no siente esa serenidad general puede encontrarse con un sueño más alterado, superficial y de peor calidad.

Por otra parte, se entraría en un círculo vicioso de mala calidad del sueño – peor gestión social y emocional – peores relaciones con tu pareja – mayor insomnio

Así que, si no eres “oníricamente” compatible con tu pareja, mejor dormir en habitaciones separadas y levantarse por la mañana con la sensación de descanso y más apto para recibir sonrisas y abrazos.

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