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Glosario rojo. / Europa Press

Glosario rojo

España está al borde del colapso democrático. Llegaron para acabar con la corrupción, pero la nación atraviesa una crisis institucional sin precedentes. El presidente del Gobierno controla el Tribunal Constitucional, el Consejo de Estado, Tribunal de Cuentas, la Fiscalía General del Estado y gran parte de las entidades del sector público están dirigidas igualmente por personas afines a los socialistas: Correos, Indra, Aena, Telefónica, Renfe, CIS, SEPI, Red Eléctrica y RTVE, entre otras.

El confinamiento ilegal impuesto por el Gobierno, así como la extralimitación del Ministerio de Sanidad para modificar y ampliar las medidas de contención en la actividad comercial, parece que dieron alas a las mentes siniestras y corruptas de los políticos profesionales, el mal endémico español desde hace décadas. A este respecto, la Justicia continua acorralando a decenas de cargos de Pedro Sánchez, que además cuenta con seis investigados de relevancia dentro de su círculo más cercano: su mujer, hermano, José Luis Ábalos, Álvaro García Ortiz, Koldo García y Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias Tito Berni.

Pedro Sánchez fue elegido presidente del Gobierno de España gracias al flirteo obligado con los rapiñadores minoritarios del Congreso, con especial hincapié en los indepes cortitos, catalanes desleales que se autoproclaman de raza superior; la verdadera ultraderecha de nuestro territorio que manifiesta reiteradamente su voluntad de romper con España.

Señores izquierdosos; el despilfarro del dinero ajeno sin rendición de cuentas es una forma de corrupción y el desprecio absoluto por la economía imposibilita la prosperidad de la patria. La realidad numérica española es desoladora; la deuda pública supera los 1,6 billones de euros y el agujero intragable de la Seguridad Social registra más de 126 mil millones, pese a que se han disparado los ingresos por las 97 subidas de impuestos y cotizaciones desde 2018.

Retroceso del PIB

Los continuos e inasumibles costes laborales asedian año tras año a la productividad, que debería determinar el salario y cuyo descenso se traduce inevitablemente en el retroceso del PIB per cápita, riqueza por persona de un país. Para más ironía, se desploma drásticamente la inversión extranjera, persiste la imparable estampida de españoles talentosos que huyen del saqueo o en busca de un futuro digno, y la pérdida de pymes y autónomos, que se cuentan por cientos de miles y que ciertamente, ostentan un papel clave en la sociedad como generadores de empleo y bienestar económico. Y como colofón del trile zurdo en el maquillaje de las cifras, los desempleados demandantes de empleo se contemplan como trabajadores y los fijos discontinuos no ocupados figuran igualmente como cotizantes. Quien hizo la ley hizo la trampa.

Encabezada por un psicópata farandulero, nos gobierna una camada de gestores ineptos que no ha levantado la persiana de un negocio nunca jamás y, mayoritariamente, adolece de una vida laboral desabrida y raquítica. 

Titiritero experto, el UNO, aposentado en el poder, carente de principios y moralmente apátrida, capaz de alinearse sin titubeo con terroristas, separatistas, golpistas y demás odiadores de España. Un perturbado con todas las letras, un mentiroso patológico radicalizado en hacerse notar, motivado por una personalidad histriónica, narcisista, caracterizado por la continua fabricación de falsedades y con una cantidad inteligible de fanáticos a sueldo abducidos por sus patrañas; subvencionados, palmeros, ocupas, ilegales, delincuentes, vagos y maleantes. Un caudillo autoritario de innegable y extraordinario magnetismo, enloquecido por su inesperada y oportunista proclamación, cuya egolatría ha crecido envuelta en una cruel malicia a razón de su irracional gobierno, con actos a medida de su voluntad y sin justicia, que hacen imposible un retorno a la normalidad y le condenan a su autodestrucción. Mientras tanto, sus adeptos se doblegan servilmente para mantenerse en el organigrama, sosteniendo los embustes de su líder y exhibiendo con pleitesía las mejores tragaderas.

Entrega del Sáhara

Imposible olvidar la monstruosa y siniestra sinvergonzonería progre, con el voto a favor de varios grupos representados en el Congreso, que se alineó con el brazo político de ETA. Verdad, justicia, memoria y dignidad para las víctimas del terrorismo, que fueron asesinadas a sangre fría por indignos despojos humanos. Las cifras de la barbarie: más de 850 muertes, 2.600 heridos y casi 90 secuestrados. La vileza humana es inimaginable. Ni olvido ni perdón.

Saltándose la integridad a la torera, el infame y esperpéntico “proceso de paz” auspiciado por el oscuro Zapatero; ni pena ni gloria, socialista de boquilla que no da puntada sin hilo, cuyos negocios personales y familiares, empresariales y del capitalismo inmobiliario, prosperan con una alegría digna de estudio; entre otros menesteres, compinche de la narcodictadura venezolana, mediador de prófugos políticos y defensor a ultranza de Pedro Sánchez. Quien con lobos anda, a aullar se enseña.

El reguero de concesiones inverosímiles, subvenciones absurdas y dádivas injustificables de Pedro Sánchez a Marruecos se convierten en un clásico que invitan a la sospecha: proyectos hídricos, todoterrenos de patrullaje fronterizo, desaladoras, carta blanca en materia agroalimentaria, la reapertura de las aduanas de Ceuta y Melilla con unas condiciones al servicio del régimen de Rabat, entrega del Sáhara, ayudas a empresas vinculadas al rey de Marruecos, etcétera. Curiosamente, la sumisión total de Pedro Sánchez se agranda después de conocerse el espionaje en su dispositivo móvil por la inteligencia marroquí durante catorce meses con el software israelí Pegasus.

El feminismo; otro bastión progre que ha quedado en entredicho. Una puesta en escena propia de acomplejados con ademanes de infantilismo que no puede vivir ajena al presupuesto público. Por si fuera poco, comandada por depredadores babosos con licencia para delinquir y con absoluto desprecio por la igualdad entre hombres y mujeres, reconocida y defendida jurídicamente en virtud del artículo 14 de la Constitución Española. Afortunadamente, parece que el mundo se ha cansado de la estéril farsa woke y nos podemos dedicar a cosas serias. 

Diferente trato

La Dana de Valencia pasará a la historia por el coraje y corazón de los voluntarios altruistas, pero también por la inactividad de la Generalitat en las horas previas a la catástrofe y el abandono cruel y despiadado del Gobierno, omitiendo de manera flagrante la determinación y el rigor debido en el proceder de las funciones constitucionales que les impone la Carta Magna, al no haber declarado la situación como Emergencia Nacional. Se trataba, nada más y nada menos, de salvar las vidas de los valencianos. Curiosamente, en el terremoto de Marruecos, el mismo Gobierno presumió de despachar la ayuda en un plazo de 24 horas, porque determinó que esos momentos eran cruciales. Cuando la desfachatez y la arrogancia van de la mano: “Si necesita más recursos, que los pida”.

El modelo de estructura territorial es evidente que no es sostenible y quizás mereciera una reflexión. Una descentralización que ha mimetizado el modelo deficitario de organización administrativa del Estado, con diecisiete comunidades autónomas configuradas políticamente como haciendas de gastos pero no de ingresos, secundadas además por un lastre de corrupción y despilfarro cuyo coste de financiación ha excedido con creces a su economía.

Defensa de los principios del patriotismo, igualdad de derechos, libertad y democracia.

España es el mejor país del mundo, que nada ni nadie lo destruya.

"El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad” (Albert Einstein)