Manuel Fernández. / Cedida

Opinión

Vivir en una cola

Portavoz adjunto del Partido Popular en el Cabildo Insular de Tenerife

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Tenerife se ha convertido en los últimos años en “la Isla colapsada”: casi un coche por habitante, un entramado viario inadecuado y obsoleto, y un transporte público poco competitivo condenan a los tinerfeños a pasar parte de sus días parados en una cola.

Tenemos 15.550 kilómetros de carreteras y 840.000 coches censados, lo que significa que, si todos los vehículos salieran a las vías al mismo tiempo, sencillamente no cabrían.

Mientras los ciudadanos padecemos esta situación, día tras día, año tras año, las instituciones que tienen competencia en el asunto, especialmente el Cabildo Insular de Tenerife, permanecen impasibles. Nuestro vicepresidente insular, y responsable de carreteras, Enrique Arriaga, prefiere dedicar su tiempo a otros menesteres: grabar programas de televisión, protagonizar grandes eventos multitudinarios, subir a El Teide durante un ‘operativo Nevadas’ para retransmitirlo por las redes sociales o, como hemos visto recientemente, posar para una revista de ámbito regional…

Para la farándula y el postureo tiene tiempo el vicepresidente. Otra cosa es el trabajo serio, la planificación y la solución a los problemas que tienen los ciudadanos. Me sorprende que Arriaga crea que lo que los tinerfeños esperamos de él es que presente programas de televisión y pose para revistas del papel cuché, mientras padecemos colas interminables en unas carreteras que ya no dan más de sí, y que se han convertido en uno de los graves problemas de nuestra Isla. Me sorprende que Arriaga haya optado por el entretenimiento antes que por darle solución a las colas en las que vivimos los tinerfeños.

Pero más me sorprende que el presidente del Cabildo, Pedro Martín, no le haya dado aún un tirón de orejas a este “responsable” de movilidad, que no se responsabiliza de nada, salvo de gastar dinero público en autobombo y propaganda. A no ser, claro, que el presidente tenga otras preocupaciones “más importantes”, como mantener el equilibrio con los diferentes grupos políticos (entre ellos el casi extinto al que pertenece Arriaga) que le ayudan a estar sentado en la presidencia del Palacio Insular. Para eso es importante callar, no discutir, no llevar la contraria, no hacer mucho ruido, para que nadie se entere de que importa más un sillón que el interés general de la sociedad tinerfeña.

Mientras los ciudadanos hacemos nuestras vidas en las colas, Arriaga sale en la tele, Pedro Martín se esconde (amedrentado) y los proyectos que podrían aliviar esta situación, duermen “el sueño de los justos” metidos en una gaveta.

Tanto en el ámbito político, como en el social y en el económico, llevamos décadas reclamando proyectos como la vía exterior de Santa Cruz (que evitaría las tremendas colas de Añaza), los trenes del Sur y del Norte o el definitivo cierre del anillo insular, infraestructuras, todas ellas, que contribuirían a paliar una situación de colapso que nos resulta insostenible a los tinerfeños, pero también a los que nos visitan, que pierden mucho tiempo, que pierden la paciencia, que pierden incluso sus aviones, esperando en las colas, que luego son las protagonistas de sus relatos en sus lugares de origen. ¡Menuda imagen! ¡Menuda promoción turística!

Hace pocos días, pude escuchar en una radio regional, el testimonio de un usuario de la TF-5, la autopista del Norte, en la que se tardan 40 minutos en hacer un recorrido de apenas 5: “Las colas te quitan horas de vida”. Es una frase demoledora, que recoge la sensación de toda una sociedad.

El axioma es sencillo: las colas te quitan horas de vida, y los políticos se presentan a las elecciones con la voluntad plantear soluciones a los problemas de los ciudadanos. Señor Arriaga, señor Martín: menos titulares y más gestión, porque llegan tres años tarde.

Manuel Fernández

Portavoz adjunto del Partido Popular en el Cabildo Insular de Tenerife