El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha adjudicado un contrato menor de 15.247 euros a Arquitectura Anca, sociedad liderada por las arquitectas Elsa Guerra y Noemí Tejera, para realizar un estudio sobre la evolución de ideas y propuestas de ordenación del Barranco Guiniguada —en el tramo que conecta Vegueta y Triana—.
La adjudicación se produce semanas después de que el consistorio fallara el concurso internacional de ideas para el Paseo Guiniguada, cuyo proyecto ganador fue AWA, del prestigioso estudio catalán Batlle i Roig. Este proyecto, que propone una renaturalización integral del cauce y la creación de un paseo urbano que conecte ambos barrios históricos, se impuso frente a otras propuestas finalistas, incluida la del equipo del arquitecto Sergio Portela.
Recurso desestimado
Tras conocerse el fallo, el equipo de Portela presentó un recurso ante el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Canarias (TACP), alegando supuestas irregularidades en la valoración técnica del jurado y pidiendo la revisión del resultado.
Sin embargo, el pasado 12 de julio, el Tribunal desestimó el recurso y avaló la adjudicación del primer premio a Batlle i Roig, al considerar que no existían defectos en el procedimiento y que la valoración se ajustó a los criterios del pliego. Con esta resolución, el proyecto AWA quedó ratificado como la propuesta de referencia para desarrollar el futuro Paseo Guiniguada.
Complementario
La coexistencia de este nuevo contrato menor con la resolución del concurso y la desestimación del recurso ha generado interrogantes sobre la estrategia municipal. El encargo a Guerra y Tejera, adjudicado de forma directa el 22 de julio, tiene como objetivo elaborar un estudio que analice la evolución histórica de propuestas y defina criterios urbanísticos para la ordenación del tramo, pese a que el diseño de Batlle i Roig ya está validado oficialmente.
Desde el área de Planificación y Desarrollo Urbano, se argumenta que este estudio complementará el trabajo del proyecto ganador. El Paseo Guiniguada es uno de los grandes proyectos urbanísticos de Las Palmas de Gran Canaria para esta legislatura, con un presupuesto inicial previsto superior a los 20 millones de euros y la aspiración de convertirse en un nuevo eje verde de conexión entre Vegueta y Triana.
