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El antiguo skatepark del Refugio, en proceso de desmantelamiento en noviembre de 2022. AH

El Ayuntamiento gastó 300.000 € en reformar el skatepark del Refugio y lo demolió tres años después

El Consistorio de la capital grancanaria invirtió 281.947 € en la reforma de 2019 pese a que el trazado de la MetroGuagua ya preveía la afección en Santa Catalina

En julio de 2019, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria inauguraba la remodelación del skatepark de El Refugio tras invertir 281.947 euros. La empresa Urban 2020, S.L. ejecutó los trabajos, que ampliaron la superficie de 1.150 a 1.813 m² con un pool, una miniramp y una zona tipo street skateplaza. La obra se presentó como un impulso para el deporte urbano, con un diseño elaborado junto a asociaciones de skaters y bajo la dirección del arquitecto Daniel Yábar.

Apenas tres años después, en noviembre de 2022, el Ayuntamiento anunciaba su cierre definitivo: el parque se encontraba dentro del ámbito de actuación de las obras de la MetroGuagua en Santa Catalina. Poco después fue demolido. La inversión, que se financió con fondos municipales, había tenido una vida útil mínima.

Un trazado ya previsto

Lo más polémico es que la afección estaba sobre la mesa mucho antes. El trazado de la MetroGuagua estaba definido desde 2016-2017, de modo que el Ayuntamiento ya podía prever que el Refugio se vería afectado cuando en enero de 2019 adjudicó la reforma. Aun así, siguió adelante con un gasto de casi 300.000 euros en una instalación condenada a desaparecer.

El resultado es un ejemplo de falta de planificación y descoordinación institucional: una obra pública inaugurada con foto oficial y derribada al poco tiempo por otra actuación municipal. La remodelación de 2019 tampoco estuvo libre de problemas. Según recuerda el profesor y entrenador de skate Orlando Acosta, “una de las rampas, el bowl, les quedó mal y tuvieron que rehacerlo”. Lo que debía ser una reforma duradera nació ya con deficiencias y acabó, además, en la piqueta.

Dinero sin retorno

Los casi 300.000 euros invertidos se suman ahora a la lista de recursos públicos sin retorno. Para los vecinos y la comunidad skater, la sensación es de despilfarro: “Es una tirada de dinero. Renovaron el parque sabiendo que lo iban a tirar”, critica Acosta.

La demolición no solo eliminó un espacio deportivo, sino que también evidenció la falta de transparencia con la que se gestionó el cruce de proyectos municipales.

Sin MetroGuagua ni skatepark

La paradoja es aún mayor porque el tramo de Santa Catalina de la MetroGuagua está paralizado desde agosto de 2024, tras romperse el contrato con la UTE Acciona–Lopesan. Hoy no hay transporte de alta capacidad ni skatepark, solo un solar vallado en pleno centro de la ciudad.

El Ayuntamiento asegura que habrá un nuevo Refugio, “más grande y moderno”, con 3.500 m² de superficie y una inversión de más de 550.000 euros. Pero sin calendario definido y con las obras de la MetroGuagua bloqueadas, la promesa resulta poco creíble.

El caso del Refugio es un ejemplo más del uso ineficiente de fondos públicos en Las Palmas de Gran Canaria. Una obra que costó casi 300.000 euros, que se inauguró en 2019 y que fue demolida en 2022 por otro proyecto municipal.

Una reforma fallida, una demolición anticipada y un futuro incierto. El dinero se fue, el parque ya no existe y la ciudad convive con la evidencia de que planificar a corto plazo puede salir muy caro.