Timón, un perro chico, mezclado y de aire intrépido, va camino de convertirse en la mascota oficial del Puerto de Las Palmas. Hace un mes, en plena polémica por los desahucios del Muelle Deportivo, su dueño sufrió un accidente y se quedó solo en la embarcación en la que vivía.
Desde entonces ha estado al frente del pantalán H, ataviado con su chaleco salvavidas y el buen corazón de los técnicos de la marina deportiva, que lo han cuidado hasta encontrarle un hogar de acogida esta misma semana, pues su propietario ingresó en el hospital y nadie vino a hacerse cargo del animal.
Golpe en la cabeza
El incidente ocurrió el pasado ocho de julio. El dueño de Timón quedó atrapado debajo de unas maderas en un pasillo estrecho del barco. No se podía mover ni pedir ayuda, sufría un traumatismo en la cabeza.
Un usuario de la dársena dio la voz de alarma al día siguente, tras comprobar que su vecino de pantalán no daba señales de vida. Subió a bordo y alertó a la Policía Portuaria, que se encontró con una situación complicada.

Además de encajonado en una situación difícil, la embarcación acumulaba aparejos, vómitos, orines, excrementos y basura, lo que complicaba el rescate.
Entre todos
Tras la llegada del Servicio de Urgencias Canario (SUC), los agentes despejaron la cubierta y trasladaron al herido para prestarle los primeros auxilios. Tenía traumatismo craneal y múltiples contusiones por el cuerpo debido a una caída. Era necesario evacuarlo para llervarlo en ambulancia al hospital, pero sacarlo a tierra tampoco resultaba sencillo.
Así que llegaron los bomberos para ayudar en el traslado, que se complicó por el riesgo asociado del peso y la escora del barco, incluso hubo que hacer maniobras de contrabanda y amadrinar la embarcación, evitando así la zozobra o entrada de agua, explican fuentes portuarias.
Finalmente, entre todos, sacaron al herido a tierra y, con el tablero espinal, lo llevaron hasta la ambulancia y de ahí al hospital, donde quedó ingresado.
Uno más
Y a partir de ahí, Timón, el perro marinero, se convierte en el protagonista de esta historia, porque nadie viene a por él y se queda sola en el barco.
El personal de la marina, consciente del desemparo del animal, se hizo cargo de la situación. Timón arrastra sus años y no querían que acabase en una perrera o albergue. Por eso dicidieron cuidarlo entre todos. Iban por las mañanas a por él, lo sacaban a pasear y hasta le hicieron hueco en las oficinas.
También baldeaban y limpiaban la embarcación, donde volvían a dejar a Timón hasta el día siguiente, siempre con su chaleco salvavidas y la tranquilidad que da la vida en el mar.
Acogida
La intención era cuidar al perro en el Muelle Deportivo hasta el regreso de su dueño, pero finalmente lo puisieron en acogida temporal porque sigue perjudicado y no puede hacerse cargo de él.
Esta misma semana, tras una campaña en grupos de wasap y redes sociales para encontrarle un hogar, Timón ha sido adoptado por una vecino del pantalán H, quien, además, gestiona una protectora de animales y dispone de azotea en la que jugar.
Tensiones
Atender al perro durante estas cuatro semanas no ha sido fácil para los trabajadores de la marina, que sufren las tensiones derivadas de los procesos de desahucios. Esos requerimientos están recurridos y afectan a una treintena de barcos convertidos en residencia habitual, un fenómeno que la Autoridad Portuaria quiere erradicar.
La historia de Timón, más allá del drama y del desamparo animal, ilustra el choque de intereses que zarandea el Muelle Deportivo: sus directivos quieren recuperar amarres y relanzar la actividad del centro comercial, también en trámites de desahucio, pero los titulares de los barcos afectados se resisten a liberar los atraques de toda la vida.
Y en medio, Timón, el perro marinero que se quedó sólo en el pantalán.