Loading...
Imagen de una redada policial en Molino de Viento / EFE

Miedo entre las prostitutas de Molino de Viento tras el asesinato de Triana

Las trabajadoras sexuales de la calle capitalina sienten temor después de que una de sus compañeras perdiera la vida, presuntamente, a manos del dueño del Bar Arenales

El entorno de la calle Castrillo, en Las Palmas de Gran Canaria, vio alterada su tranquilidad habitual este martes. La Guardia Civil irrumpió en el bar Arenales para detener a David S., dueño del local y presunto asesino de una mujer cuyo cadáver apareció flotando en una playa de Arucas el pasado 27 de abril. El caso, que ha generado conmoción en la ciudad, ha hecho que reine el miedo en la calle Molino de Viento —donde fue vista por última vez el 24 de abril—.

La vía capitalina es conocida por la presencia de mujeres que ejercen desde hace años allí la prostitución al igual que Triana, la joven que —según la principal hipótesis de los agentes—  murió degollada a manos del hostelero aunque aún queda mucha investigación por delante. En la zona circulan rumores de que el supuesto autor de los hechos era cliente de la mayoría, por lo que el temor se ha apoderado de los alrededores.

Los presuntos hechos

“Están todas asustadas”, afirma Juana María Ortega, presidenta de la asociación de mujeres maltratadas y prostitutas de Las Palmas de Gran Canaria. La situación le eriza la piel al evocar el recuerdo de José Manuel Brito, el hombre que acabó con la vida de una trabajadora sexual en Hoya Niebla (Telde) y a la suegra de un amigo en la década de los 90. Cuentan las crónicas que quemó sus cuerpos para después echar las cenizas a los cerdos.

Los supuestos hechos por los que está investigado el dueño del bar Arenales son algo distintos pero igual de escabrosos. Las primeras pesquisas apuntan a que David S. intentó presuntamente descuartizar el cuerpo de Triana —ciudadana colombiana de 40 años— después de haber recibido un corte importante en el cuello.

Momento de la detención al presunto asesino de Triana / AH

El móvil

Es la conclusión preliminar a la que ha llegado la Guardia Civil tras dos intensas semanas de investigación. Su siguiente paso fue, según la información que maneja en principio el instituto armado, arrojar el cadáver al mar. Ortega subraya que en Molino de Viento los protagonistas son tanto el miedo como el respeto ante el riesgo de que salga “otro loco más a la calle”. 

Merece la pena resaltar que todavía se desconocen los motivos que llevaron al presunto autor de los hechos a cometer el crimen. Eso sí, fuentes de la investigación apuntan a un posible móvil relacionado con el rechazo sentimental de la víctima hacia el presunto autor. Por el momento, la investigación continúa abierta y se ha descartado que el arrestado esté vinculado a otros crímenes o desapariciones.

Imagen de la víctima / MONTAJE AH

Arrojar luz

Entre las mujeres que ejercen la prostitución en esa calle no se comenta nada al respecto porque nadie tiene, al parecer, ninguna teoría ante lo que pudo suceder. “La pobre [Triana] no tuvo tiempo de hablar, ahora quien debe pronunciarse es el muy sinvergüenza”, expresa la presidenta de la asociación de mujeres maltratadas y prostitutas de la ciudad. La última vez que se vio a la mujer fue en Molino de Viento tras avisar por mensaje a su entorno que iría a una fiesta.

La versión de David S.—si es que decide contarla— y el trabajo de los agentes ayudarán a arrojar aún más luz sobre la historia. Sin ir más lejos, el equipo de Criminalística de la Guardia Civil permaneció hasta altas horas de la noche inspeccionando el lugar donde habría ocurrido el asesinato. El caso está bajo secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción número 1 de Arucas.