El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria saca a concurso el servicio de control de plagas urbanas, un contrato que lleva varios años caducado y ha desencadenado la proliferación de ratas en distintos barrios de la capital grancanaria, desde la zona alta a la baja, con el área comercial de Mesa y López como principal foco simbólico del problema.
El nuevo contrato, que sale a licitación este viernes, tiene un presupuesto base de 821.593,02 euros y una duración máxima de dos años con posibilidad de prórroga.
Las empresas pueden presentar sus ofertas hasta el próximo 14 de marzo, a las 14:00 horas, a través de la Plataforma de Contratación del Estado, señala el Consistorio en un comunicado.
Lugares a tratar
La concejala de Bienestar Social, Igualdad, Cuidados y Salud, Carmen Luz Vargas, explica que el servicio incluye los trabajos de desratización, desinsectación y desinfección, lo cual "es fundamental para garantizar la salubridad en nuestros espacios urbanos" y el control efectivo de insectos, arácnidos, roedores y microorganismos.
El ámbito de actuación incluirá las redes de alcantarillado, alumbrado público y de tráfico, las avenidas, calles y plazas municipales, las áreas públicas municipales, las superficies, laderas, barrancos, solares municipales, las dependencias municipales (salvo los colegios públicos e instalaciones deportivas, que cuentan con su propio mantenimiento) y las áreas para perros.
Condiciones
La empresa adjudicataria deberá disponer de tres equipos de trabajo, integrados por seis técnicos especializados en control de plagas con certificación profesional, y contar con el material necesario para la correcta ejecución de los tratamientos.
Los productos biocidas deberán ser altamente eficaces y selectivos, con la menor toxicidad posible y un impacto ambiental reducido, y se priorizarán tratamientos localizados y de baja persistencia, recurriendo a estos productos sólo cuando no sea viable aplicar métodos biológicos o físicos, recogen los pliegos de la adjudicación.
Actuaciones especiales
Además del control rutinario, la empresa adjudicataria deberá llevar a cabo dos campañas intensivas contra roedores: una en primavera (abril y mayo) y otra en otoño (octubre y noviembre).
El servicio incluirá la intervención en espacios con mayor incidencia de plagas, considerados puntos críticos, así como la atención y evaluación de reclamaciones ciudadanas en las zonas afectadas.
