Cuando el 20 de abril de 2024 miles de personas salieron a la calle para reclamar un cambio en el modelo turístico, una de las políticas que exigieron los convocantes de la manifestación es la aplicación de una tasa turística que grave el alojamiento turístico. Hasta hace tan solo unos días ese reclamo solo partía desde los sectores políticos de la izquierda, pero ha habido un cambio de guion.
A solo 12 días de la manifestación del 18 de mayo, la secretaria insular de organización de Coalición Canaria y presidenta de Tenerife, Rosa Dávila, anunció que sometía a las bases nacionalistas de la isla a opinar al respecto de la aplicación de una tasa turística al alojamiento en Tenerife. Solo un día antes había rechazado una propuesta similar por parte del PSOE, pero defendían desde CC la capacidad de escucha de “la calle” para cambiar de opinión.
Argumento en contra
Antes de este giro de guion la visión era radicalmente opuesta. En junio de 2024, el PSOE presentó una moción para implantar una tasa a las pernoctaciones en la isla. La propuesta solo la apoyaron los socialistas. Entonces Dávila se preguntaba cómo se iba a diferenciar entre residentes y no residentes y apelaba a quienes tenían que acudir a la isla por motivos médicos desde otras islas para rechazar la idea.
En efecto, si se habla de un impuesto no se puede hacer discriminaciones por razón de residencia y la recaudación no sería finalista. Sin embargo, las tasas sí que pueden hacer una diferenciación por procedencia, con justificación, y destinar su recaudación a un ámbito concreto.
Otra "ecotasa"
Cuando tuvo lugar ese debate en junio, el cabildo ya había dado un giro al término ecotasa. En abril de 2024, una semana después de la convocatoria de la manifestación, desde la institución insular comenzaron a usar el término ecotasa para referirse al pago de una tasa por hacer uso de los espacios protegidos.
Si bien siempre se había acuñado el término a los alojamientos turísticos, ahora se hacía referencia al acceso a estos entornos. Se aprobaba enfocada en el cobro por la prestación de servicios en los espacios naturales protegidos de la isla de Tenerife y para mejorar su conservación y protección. Se acordó entonces que esa tasa entraría en vigor en los cuatro espacios naturales protegidos de la isla el 1 de enero, sin embargo, de momento la medida solo se ha aplicado una prueba piloto en Masca.
Una tasa local
Entre medias de la cuestión en Tenerife, el Ayuntamiento de Mogán, en Gran Canaria, aprobó una tasa turística, que en realidad no grava las pernoctaciones, sino “la prestación de servicios públicos y realización singular de actividades sobre acciones derivadas del turismo y la sostenibilidad del destino”.
Esta medida solo gravaba en 0,15 euros el día y actualmente la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo ha presentado un recurso contra ella, que provocó su paralización cautelar durante varios días. Pese a esta tasa y la situación en Tenerife, la aplicación de una ecotasa que grave directamente el alojamiento a nivel regional solo ha recibido rechazos.
Rechazo en el parlamento
El PSOE y Nueva Canarias han llevado en varias ocasiones la votación de una ecotasa en Canarias. A ambos partidos siempre se les reprochó que no hubieran aplicado la medida durante la legislatura del Pacto de las flores, y la medida se ha rechazado con los votos de Coalición Canaria, Partido Popular, Agrupación Socialista Gomera, Agrupación Herreña Independiente y Vox.
El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha manifestado en diferentes ocasiones que aboga por la distribución de la riqueza, pero ha rechazado que sea a través de una tasa turística y ha abogado por hacerlo a través del Impuesto General Indirecto Canario. Clavijo deberá volver a posicionarse este martes en el parlamento a raíz de una pregunta de los socialistas.