La decisión de la CIA de borrar la frontera entre Marruecos y el Sáhara Occidental, que en las cartas de agencia estadounidense de inteligencia (The World Factbook) aparecen como una provincia marroquí más, ha reabierto el debate sobre las implicaciones geopolíticas para Canarias.
Este mapa, publicado horas después de la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, confirma la postura que adoptó la administración del líder republicano en 2020, cuando reconoció la soberanía de Marruecos sobre el territorio saharaui a cambio de que Rabat normalizara relaciones diplomáticas con Israel.
Giro radical
El movimiento de la CIA no es casual. Durante el mandato anterior de Trump, Estados Unidos se convirtió en el primer país en reconocer oficialmente el control de Marruecos sobre el Sáhara Occidental —a cambio, el cuerpo diplomático del reino alauita fue el primero de un país musulmán en reconocer la soberanía de Israel—, una decisión que marcó un giro radical en la postura internacional sobre este territorio en disputa.
Ahora, con este mapa oficial, la comunidad internacional podría verse presionada a seguir la misma línea, debilitando las reivindicaciones del Frente Polisario y del pueblo saharaui.
¿Cambios para Canarias?
Este cambio de narrativa tiene implicaciones directas para Canarias, dada su cercanía geográfica y sus intereses estratégicos en la región. Entre las principales consecuencias destacan tres detalles estratégicos:
• Redefinición de las aguas internacionales: Marruecos podría reclamar la ampliación de su Zona Económica Exclusiva (ZEE) hasta las 200 millas náuticas desde las costas del Sáhara. Esto podría solaparse con las aguas canarias y generar conflictos sobre los recursos minerales, como los yacimientos de tierras raras en los montes submarinos Tropic. Además, esto podría dar lugar a conflictos sobre los derechos de pesca, especialmente en áreas ricas en recursos marinos. Marruecos podría reclamar exclusividad sobre los caladeros que hasta ahora han sido compartidos o regulados por acuerdos internacionales. Esto afectaría directamente a la flota pesquera canaria, que depende en gran medida de los acuerdos bilaterales entre la UE y Marruecos. Un eventual endurecimiento de las condiciones podría limitar el acceso de los pescadores canarios a estos caladeros, poniendo en riesgo un sector estratégico para las islas.
• Ruta canaria e inmigración: El reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara podría consolidar a Marruecos como vigilante clave de las rutas migratorias hacia Europa, aumentando su control sobre los movimientos en la región. Sin embargo, esto también le otorgaría mayor capacidad de negociación frente a la UE y España, utilizando el control de la inmigración como herramienta política. En el caso de Canarias, que ya enfrenta una presión migratoria significativa desde la costa africana, un fortalecimiento de la posición marroquí podría dificultar la cooperación en este ámbito. Marruecos podría ser más permisivo con la salida de cayucos hacia las islas si las tensiones políticas o económicas con España o la UE se intensifican, agravando la crisis migratoria en el archipiélago
• Control del espacio aéreo: Actualmente, el espacio aéreo del Sáhara Occidental es gestionado por FIR Canarias. Si Marruecos consolidara su control sobre el territorio, podría reclamar esta gestión, afectando el tráfico aéreo y los ingresos derivados de estas rutas en una zona clave en el tránsito de aviones entre Europa y Sudamérica.
• Defensa en el avispero del Sahel: El reconocimiento refuerza la posición estratégica de Marruecos como socio militar clave de Estados Unidos en el norte de África y el Sahel, donde ya opera como un aliado importante en la lucha contra el terrorismo y la estabilidad regional. Esto podría reducir la capacidad de influencia de España en temas de defensa y cooperación militar en la región. Además, la posible militarización del Sáhara Occidental por parte de Marruecos, con apoyo estadounidense, podría generar tensiones con Canarias debido a la proximidad geográfica. La presencia de bases militares o infraestructuras de defensa marroquíes en el Sáhara podría convertirse en un elemento desestabilizador para las Islas, especialmente si las relaciones bilaterales entre Marruecos y España se deterioran.
• Explotación de recursos naturales: Marruecos ganaría legitimidad internacional para explotar el petróleo, el gas y los fosfatos del Sáhara, consolidando su dominio sobre los recursos energéticos de la región. Esto podría reducir el margen de maniobra de Canarias y España en la negociación de acuerdos comerciales y energéticos.
Geopolítica atlántica
La publicación de este mapa por la CIA es un recordatorio de cómo la situación en el Sáhara Occidental puede redefinir los equilibrios geopolíticos en el Atlántico. Para Canarias, la posibilidad de que Marruecos fortalezca su posición en la región representa un desafío estratégico que afecta tanto a sus intereses económicos como a su seguridad territorial.
Mientras la comunidad internacional debate la legitimidad de este movimiento —España (país que aún figura como administrador del territorio), Francia o Alemania apuntaron que convertir el Sáhara en una autonomía de Marruecos era la salida más viable al conflicto entre el reino alauita y el Frente Polisario—, Canarias deberá estar alerta ante las consecuencias que una integración total del Sáhara en Marruecos podría traer para sus aguas, recursos y rutas estratégicas.
La política exterior de Trump sigue marcando la agenda internacional incluso tras su mandato. Su reconocimiento del Sáhara como parte de Marruecos, ahora reforzado por un mapa oficial de la CIA, pone en juego el futuro de una región clave para Canarias. ¿Estamos preparados para las implicaciones de este nuevo tablero geopolítico?
