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Política

Las Palmas de Gran Canaria, la gran batalla electoral

PSOE, PP y Unidas Podemos dan vueltas a la elección de su candidato para la alcaldía de la ciudad más poblada de Canarias y clave en las autonómicas

8 minutos

Gemma Martínez, Ángel Sabroso, Carolina Darias y Pedro Quevedo.

Pasó el 8 de septiembre, fecha marcada en el calendario por su festividad de la Virgen del Pino y por fijar el cierre oficial del ferragosto canario. De repente, alguien tocó a rebato entre los partidos políticos de las Islas y todos se cuadraron al grito de firmes: el 28 de mayo de 2023, día de las próximas elecciones locales, ya está a la vuelta de la esquina.

No habían pasado 24 horas desde que el calendario cruzó esa frontera temporal —y mental— cuando en el Partido Popular liquidaron con discreción el incendio provocado en Gran Canaria alrededor de la figura de Poli Suárez. Dos días después, Ángel Víctor Torres —como era de prever— dio un paso al frente para anunciar que quiere repetir como candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno; lo suyo fue casi al mismo tiempo que Nueva Canarias iniciaba otra nueva incursión en Tenerife para intentar pegar un estirón en el ámbito regional. Todos hacen cálculos, todos analizan encuestas, todos quieren salir en la foto. Y todos señalan y subrayan como pieza sustancial de sus aspiraciones a un municipio: Las Palmas de Gran Canaria.

Plaza clave

En las últimas elecciones autonómicas, en 2019, solo la capital grancanaria aglutinó el 17% de los votos al Parlamento de Canariasalgo más de 150.000 votos de los 903.106 totales—. Esa realidad convierte a las urnas del municipio en una fuerza tractor, incluso más allá de los resultados de su propio ayuntamiento, al arrastrar votos para los comicios al Cabildo y la Cámara Alta regional. Esa evidencia aritmética ha provocado que durante los últimos meses, entre las diferentes formaciones políticas del Archipiélago, muchos de los debates, de las intrigas, de los pulsos y de las alianzas hayan girado sobre un asunto capital: el nombre del candidato o candidata a alcalde de Las Palmas de Gran Canaria.

PSOE: Carolina Darias (o discordia pública) 

Augusto Hidalgo cerrará en mayo un periodo de ocho años con el PSOE al frente del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Su carrera continuará en el Cabildo de Gran Canaria como candidato socialista a la presidencia y su marcha abre un proceso de sucesión que tiene dos salidas: o Carolina Darias o un generoso dolor de cabeza. 

Carolina Darias

Darias, ministra de Sanidad, es la apuesta para retener el mando en la capital grancanaria. Así lo indican todos los movimientos de la agrupación socialista del municipio, que ha solicitado el aplazamiento de sus primarias para definir la candidatura a la alcaldía hasta diciembre —21 y 22 de noviembre, fechas para presentación de aspirantes; día 11 del último mes del año, jornada para la votación—. Esa moratoria permitirá a Pedro Sánchez contar con un margen mayor para cuadrar su estrategia de cara a las elecciones municipales y reestructurar su propio ejecutivo —Darias no será la única ministra que aspirará a gobernar una de las grandes ciudades del país—. 

La alternativa a Darias llevaría al PSOE de Las Palmas de Gran Canaria a un pulso que presenta un riesgo enorme: abrir las heridas que dejó el choque entre el propio Hidalgo y Chano Franquis para controlar el PSOE grancanario y que fue cerrado en falso el año pasado con un reparto de cuotas de poder en la agrupación insular.

En ese limbo, a la espera de la decisión que tome Darias —y Ferraz—, los nombres de Inma Medina e Isabel Mena —a la espera de otra posible vía apadrinada por Franquis— emergen como  aspirantes de unas posibles primarias que, como admiten en la propia agrupación local, derivarían en una batalla abierta y pública —con el desgaste que eso conllevaría públicamente— por imponer el candidato y los puestos de la lista municipal.

El PSOE recuperó la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria en 2015. Ese año, en el municipio más poblado del Archipiélago, sumó 33.211 votos que le dieron siete concejales —lejos de los 70.783 que recibió Jerónimo Saavedra en 2007, pero suficientes para liderar un pacto junto a Las Palmas de Gran Canaria Puede y Nueva Canarias—. Cuatro años después, mejoró sus resultados: 48.558 papeletas electorales (31, 7%) que reforzaron la victoria regional de Ángel Víctor Torres —recibió en la capital grancanaria el 18% de sus apoyos—.  

PP: miedo a sumar 12 años sin gobernar

El 22 de mayo de 2011, el Partido Popular —con Juan José Cardona como candidato— recuperó la mayoría absoluta en Las Palmas de Gran Canaria. Lo hizo después de recibir 68.641 votos —cifra que le permitió contar con 16 concejales—. Ocho años después —en 2019—, y tras pasar anteriormente a la oposición ya en los comicios de 2015, el apoyo ciudadano al PP en la capital grancanaria cayó justo a la mitad: sumó 34.004 papeletas. 

Esa caída constante preocupa en la formación conservadora —aquí y en Madrid—, tanto como su proyección en las encuestas sobre la estimación de voto en Canarias: la ola de optimismo que acompaña a Feijóo —y que se presupone en otras grandes ciudades y regiones del país— no se acaba de advertir en Las Palmas de Gran Canaria. Ese contexto explica los últimos movimientos internos —con el cambio de puesto para Poli Suárez—, un volantazo que tiene un objetivo claro: evitar que el PP sume 12 años fuera de los gobiernos del ayuntamiento capitalino o del Cabildo grancanario —en el caso del Gobierno regional ese periodo se podría disparar hasta los 17 años—.

Australia Navarro, portavoz del PP en el Parlamento de Canarias. / Cedida

Como el PSOE, el PP aún no ha elegido a su candidato para la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria. El anuncio, según admitió la semana pasada Manuel Domínguez —su presidente regional— se realizará en octubre. A lo largo de los últimos meses, se ha dado por seguro el regreso de José Manuel Soria, la continuidad de Pepa Luzardo, la apuesta definitiva por Ángel Sabroso, el regreso a las Islas del senador Sergio Ramos o la reubicación de María Australia Navarro. Después de tanto rumor, ahora toca esperar movimientos en una formación en la que existe un debate interno sobre la necesidad de impulsar su apuesta por Las Palmas de Gran Canaria: en este municipio obtuvo en 2019 el 21% de los votos que sumó a nivel regional y cuando le va bien en la capital grancanaria, le va mejor en todos los ámbitos —regional e incluso nacional—.

Podemos: Gemma Martínez y las confluencias

En 2015, la coalición Las Palmas de Gran Canaria Puede —con una lista liderada por Javier Doreste— se quedó a seis mil votos de la posibilidad de exigir la alcaldía en el tripartito que formó junto a PSOE y Nueva Canarias para gobernar la ciudad. Cuatro años después, y tras una sucesión de cuitas internas por el camino, Unidos Podemos —la marca que dio continuidad al proyecto— perdió cerca de 12.000 apoyos. Ahora, el panorama para las próximas elecciones municipales, no ofrece un escenario mejor para UP: las guerras fratricidas dentro de la formación de izquierda han ido a peor y la división aparece como una amenaza real que dividirá el voto entre dos candidaturas.

Doreste, que durante los últimos siete años ha ejercido como teniente alcalde y concejal de Urbanismo de Las Palmas de Gran Canaria, se dio de baja como militante de Podemos en junio. Un mes después, el propio partido anunció su expulsión. Con esa bronca —aireada de manera pública— más el desgaste que arrastra la formación a nivel nacional, UP encara unas elecciones que le auguran una caída y en las que sólo queda por ver el tamaño del golpe.

javier doreste vecinos isla perdida piletas3 copia

Las Palmas de Gran Canaria es un asunto capital para las aspiraciones de Podemos en las Islas. En las elecciones autonómicas de 2015 fue su plaza fuerte en el Archipiélago: 38.864 votos convirtieron al partido en el más respaldado dentro de la capital grancanaria. Ese sostén se diluyó por un sumidero cuatro años después: se dejó por el camino más de 21.000 papeletas —obtuvo el respaldo de 17.544 vecinos de la ciudad—. 

Con Doreste fuera de la ecuación, Unidas Podemos en Canarias piensa en Gemma Martínez, viceconsejera de Derechos Sociales del Gobierno de Canarias, como posible candidata a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria. En paralelo, parte de los integrantes que formaron en 2015 la coalición Las Palmas de Gran Canaria Puede —y que han dejado UP durante estos años— empiezan a agitar la posibilidad de promover una confluencia que aglutine a formaciones como Izquierda Unida, Más Canarias, Equo o Reunir, jugada que podría contener los planes de Podemos sobre la candidatura a la alcaldía —se elegiría por consenso— o provocar que la posibilidad de unir fuerzas salte por los aires y concurran dos listas —o más— al ayuntamiento de la capital grancanaria. 

Nueva Canarias: Quevedo se queda

Frente a las incógnitas por despejar en PSOE, PP o Unidas Podemos, las dudas no tienen hueco en el equipaje de Nueva Canarias (NC) para afrontar la próxima aventura electoral. Pedro Quevedo se mantiene como la mejor baza del partido canarista para unos comicios en los que su desafío es mantener el crecimiento en votos trazado durante los últimos años: 9.729 votos en 2011 —dos concejales—; 12.594 papeletas en 2015 —dos ediles—; y 14.554 apoyos en 2019 —tres actas—. 

pedro quevedo

La cifra de 27.187 votos logrados por Antonio Morales en 2019, durante la carrera electoral para la presidencia al Cabildo de Gran Canaria, son el referente de NC para aspirar a un crecimiento exponencial en la capital.

Unidos por Gran Canaria: el regreso de Hernández Bento

Las elecciones de 2023 emergen en el horizonte como la gran reválida para Unidos por Gran Canaria (UxGC). El partido fundado por José Miguel Bravo de Laguna y que cuenta con Lucas Bravo de Laguna como portavoz concurrirá sin la compañía de Coalición Canaria y tras ejecutar un minucioso plan para fortalecer su estructura en toda Gran Canaria.

En 2019, UxGC y la formación nacionalista obtuvieron 12.833 votos y superaron la barrera del 5% que garantiza su presencia en los plenos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Ahora toca resolver la gran pregunta que ha acompañó a tan extraña alianza durante este mandato: ¿quién arrastró más papeletas a las urnas?

José Miguel Bravo de Laguna, portavoz de Unidos por Gran Canaria./ Archivo

Para asentarse en el cosistorio capitalino, UxGC recupera a Enrique Hernández Bento tras su paso por el PP y una militancia exprés en Ciudadanos. en sus filas también destaca la presencia de Carmen Guerra, otra histórica del PP local y de la lucha vecinal de Las Palmas de Gran Canaria.

Esa raíz de Unidos por Gran Canaria en el Partido Popular —formación por la que pasaron sus principales dirigentes— preocupa en el propio PP, ya que el fortalecimiento del grupo insularista en la Isla recorta su margen de crecimiento.

Coalición Canaria: repite Francis Candil 

Las Palmas de Gran Canaria y Gran Canaria son, desde 2007, el gran talón de Aquiles de Coalición Canaria. Hace 15 años, la formación nacionalista presentó a José Carlos Mauricio —uno de sus históricos— como candidato a la alcaldía de la capital grancanaria y el batacazo aún resuena en las Casas Consistoriales de Vegueta: no llegó al 3% de los votos —4.449— y CC se quedó fuera de la institución.

Ahora, sin la compañía de Unidos por Gran Canaria, el reto de CC es volver a tener representación propia en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, empresa que volverá a liderar Francis Candil tras cuatro años de férrea oposición al tripartito compuesto por PSOE, UP y NC y para la que el partido nacionalista invierte desde hace meses una elevada cantidad de recursos —económicos y humanos—.

Vox: la incógnita

Las encuestas, de un tiempo a esta parte, dan por segura la entrada de Vox en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria pese a que nada se sabe del candidato de la formación de extrema derecha. Los movimientos del partido apuntan a la posibilidad de que Borja Benítez de Lugo lidere la lista.

A ocho meses del inicio de la campaña electoral, Las Palmas de Gran Canaria aparece en la hoja de ruta de todos los partidos como pieza clave en el tablero autonómico. Con una excepción, claro: la de Casimiro Curbelo, su Agrupación Socialista Gomera (ASG) y sus algo más de seis mil votos cautivos. Pero esa es otra historia y merece otro análisis.