El debate sanitario en el Parlamento de Canarias se tornó este jueves en un episodio de confrontación personal sin precedentes. El director del Servicio Canario de Salud (SCS), Adasat Goya, reveló públicamente información sobre el historial médico del diputado de Nueva Canarias–Bloque Canarista, Yoné Caraballo, durante su comparecencia en la comisión de Sanidad.
El enfrentamiento se produjo cuando Goya, que acudía a la Cámara autonómica para exponer los datos sobre las listas de espera sanitarias, cuestionó la implicación profesional de Caraballo —enfermero de formación— durante la pandemia de la COVID-19. En su intervención, llegó a afirmar que el parlamentario había causado baja médica “a los dos días del toque de queda”, mencionando incluso la enfermedad que padecía y calificándolo como “personal de riesgo”.
“Es muy sucio lo que está haciendo”, respondió un Caraballo visiblemente afectado antes de abandonar la sala de los cabildos. El diputado denunció que Goya había mentido y traspasado “límites éticos y personales”, recordando que durante la crisis sanitaria trabajó en primera línea, atendiendo emergencias y pacientes en condiciones extremas.
“Golpe bajo”
El presidente de la comisión de Sanidad, Gustavo Santana (PSOE), se vio obligado a interrumpir la sesión y pedir “altura política” a los intervinientes. “Al entrar en cuestiones de carácter personal, se traspasan las fronteras democráticas”, advirtió el socialista.
Caraballo, que aseguró estar recibiendo tratamiento psicológico por las secuelas de la pandemia, calificó las declaraciones de Goya de “golpe bajo” y acusó al responsable del SCS de utilizar ataques personales para desviar el foco del debate sobre el presunto maquillaje de las listas de espera sanitarias.
Escalada verbal
Lejos de retractarse, el director del SCS insistió en su argumento durante su segunda intervención. Recordó que en 2020 él también trabajaba en un “sector estratégico”, aludiendo a su pasado en el ámbito de la estiba, y volvió a mencionar la supuesta baja médica del diputado canarista. Fue entonces cuando Caraballo pidió amparo al presidente de la comisión y decidió abandonar la sesión.
El incidente ha dejado un profundo malestar en la Cámara regional y ha abierto un nuevo frente político en el seno del Parlamento canario. La revelación de datos médicos sin consentimiento y el tono personal del debate han generado un intenso debate sobre los límites éticos en la confrontación política y la responsabilidad institucional de quienes ostentan cargos públicos.