Luces led con las letras Game On / Foto de 8 verthing en Unsplash
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La regulación del juego en línea en España y los nuevos hábitos de los jugadores

El sistema regulatorio español en materia de juego va más allá de los casinos en línea y se extiende incluso al comercio minorista

bgarcia

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España ha convertido el juego online en un asunto de interés público y económico. En 2024 se apostaron más de 35.000 millones de euros, el margen neto o GGR rozó 1.454 millones y la cifra de jugadores únicos se quedó a las puertas de los dos millones, según la Memoria Anual de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ).

La envergadura de estas cifras explica por qué la regulación, vigente desde 2011, se ha convertido en un modelo observado dentro y fuera de Europa.

Sistema regulatorio español: Hitos y obligaciones

La Ley 13/2011, publicada en el BOE el 27 de mayo, sentó las bases de un mercado controlado, con licencia obligatoria por vertical (apuestas, casino, póker…), auditorías técnicas anuales, verificación de identidad y requisitos de liquidez mínima para los operadores.

Doce años después, el Real Decreto 176/2023 amplió el marco al exigir entornos de juego más seguros, incluida la detección temprana de conductas de riesgo y la obligación de alertar al usuario cuando se superan determinados patrones de gasto o tiempo de sesión. Este mismo decreto introdujo además la figura del jugador con perfil especial.

Él obliga a los operadores a remitir a la DGOJ métricas pormenorizadas para reforzar la trazabilidad de cada transacción. La supervisión cotidiana corre a cargo de la DGOJ, cuyo último informe señala que la inversión en marketing del sector volvió a niveles prepandemia, superando los 203 millones de euros en 2024.

Eso gracias en parte a la anulación parcial, en abril de ese año, de varias restricciones publicitarias por el Tribunal Supremo. Aunque el fallo flexibilizó patrocinios y presencia de figuras públicas en anuncios, se mantienen los horarios restringidos en radio y televisión, así como la prohibición de dirigirse a menores.

Nuevos formatos que ponen a prueba la ley

La rápida digitalización del ocio ha difuminado la línea entre comercio electrónico y azar. Un buen ejemplo son las llamadas loot boxes o cajas sorpresa, popularizadas por el comercio electrónico. Al comprar cajas misteriosas de Amazon, el consumidor tiene una mezcla entre las mecánicas de juego, azar en la recompensa, con la experiencia de compra tradicional.

Eso atrae sobre todo a jóvenes usuarios ávidos de “unboxing” virtuales. El legislador español vigila estas prácticas porque pueden encajar en la definición de juegos de azar si el valor de la recompensa depende exclusivamente del chance, de confirmarse, los vendedores deberían solicitar licencia.

Además de cumplir los mismos requisitos de control de identidad, información previa y contribución fiscal que cualquier casa de apuestas. Desde la entrada en vigor del Real Decreto 958/2020, parcialmente anulado por el Supremo, los bonos de bienvenida pasaron de ser una herramienta promocional masiva a estar limitados.

Solo jugadores verificados y con antigüedad mínima podrían acceder a estas ofertas. El resultado ha sido un mercado que oscila entre la autocontención para evitar sanciones y la presión competitiva por captar nuevos usuarios, ahora que la publicidad digital ha recuperado terreno.

De hecho, la inversión en anuncios creció un 52% interanual tras el fallo judicial, con casi 44 millones de euros destinados solo a publicidad display y redes sociales en el segundo trimestre de 2024.

Perfil y preferencias del jugador digital en 2025

El móvil se ha convertido en el epicentro de la experiencia lúdica. Según Statista, en 2023 ya se realizaba más del 60% de las apuestas digitales desde smartphones, una cuota que los analistas sitúan en torno al 80% para el primer semestre de 2025 gracias al 5G y a las retransmisiones in-app.

Esta migración tecnológica ha cambiado también el tipo de consumo, ya que el usuario español combina apuestas deportivas en directo con streaming y micro-apuestas de pocos céntimos, y consulta cuotas mientras sigue un partido en su segunda pantalla. La integración de los e-sports en las casas de apuestas acelera esa tendencia.

También exige interfaces más dinámicas para retener al público joven. Y, además de ser más móvil, el jugador es hoy más selectivo. La memoria 2024 de la DGOJ confirma que los menores de 35 años ya representan el 57% de las altas nuevas y que el importe medio depositado por sesión bajó, por primera vez desde la pandemia, por debajo de los 20€.

Proyecciones normativas 2026-2030

El resumen de la hoja de ruta que el Gobierno baraja para los próximos cinco años empieza en ampliar la verificación biométrica, obligar a publicar el RTP (retorno al jugador) histórico por título y regular la publicidad de streamers españoles que emiten desde paraísos fiscales.

A esto se sumará la puesta en marcha, en 2027, de un fondo de prevención financiado con el 1% del GGR para programas autonómicos de salud pública y de formación en colegios. Pero las comunidades autónomas también se mueven.

Baleares, por ejemplo, acaba de aprobar un Plan Integral de Adicciones 2025-2032 que dedica un bloque entero al juego online y a la educación digital temprana. Los expertos ven aquí el germen de un “modelo glocal”, un marco estatal único, pero planes específicos que atienden a las realidades socio-culturales de cada territorio.

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