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Daniel Baute Hidalgo./ CEDIDA

Daniel Baute regresa a sus raíces: "Volver a Tropicana 30 años después me toca el corazón"

Daniel Baute Hidalgo inició su trayectoria en el mundo del carnaval con tan solo 15 años, formando parte de la comparsa Tropicana de Candelaria en su año de fundación

Daniel Baute Hidalgo inició su trayectoria en el mundo del carnaval con tan solo 15 años, formando parte de la comparsa Tropicana de Candelaria en su año de fundación. Durante seis años, formó parte de esta agrupación, adquiriendo experiencia y pasión por el arte carnavalesco. Posteriormente, se incorporó a la comparsa Los Tabajaras, donde permaneció durante dos años, enriqueciendo su perfil artístico. En 2010, se unió a Río Orinoco, consolidándose como coreógrafo y diseñador desde 2014. Tras una pausa de dos años en su participación en el carnaval, regresó a sus raíces como coreógrafo en Tropicana. Hasta la fecha, su experiencia ha sido exclusivamente en comparsas, aunque no descarta en el futuro colaborar con otros colectivos carnavalescos. En su vida profesional, posee un negocio en Santa Cruz, que incluye un kiosco de prensa y golosinas, además de dedicarse como maquillador y modelo de bodypainting.

Pregunta: Daniel, ¿cómo has vivido estos dos años fuera del carnaval?

Respuesta: Pues mira, maravilloso, sinceramente. Porque claro, el año sabático que nos tomamos con Rio Orinoco, pues nos quedó muchísima pena, pero fue un año en el que pude disfrutar el carnaval tranquilamente y viendo cómo, aquella vez que también tuvimos un año sabático en Río Orinoco, viviendo el carnaval como espectador, pero sabiendo lo que es llevar un grupo como coreógrafo y diseñador. O sea, ponerme en el lugar del público con esa perspectiva que anteriormente no la había tenido. Entonces disfruté muchísimo del carnaval, de ver todas las comparsas con otro punto de vista, de verlas en directo a todas. Porque cuando uno está en un grupo de carnaval, pues si te toca el número cuatro, las tres primeras no las ves porque te estás preparando, y las dos siguientes tampoco las ves porque estás recogiendo para salir. Con lo cual siempre te pierdes espectáculos en directo y no siempre puedes verlas todas. La televisión evidentemente se ve muy diferente respecto a verlo en vivo. Ese feedback, por así decirlo, de recibir el calor del público, ver sus reacciones en función de lo que las comparsas están haciendo, las músicas si son conocidas, si no lo son, los ritmos, eso a mí me ayudó para tener una perspectiva diferente de lo que es el espectáculo más actual y lo que el público quiere.

¿Y cómo te ha influido esa experiencia en tu trabajo como coreógrafo?

A raíz de ahí ya mi pensamiento es que yo como artista quiero elaborar mis propios proyectos junto con el equipo, porque vamos a ver, todo esto es un equipo. El que está detrás de un grupo, no es solo un diseñador, es un equipo que trabaja completamente juntos para sacar un espectáculo. Tener en cuenta determinadas cosas que antes a lo mejor se te podía escapar y creo que eso es muy interesante. Este último año ya completamente sabático, sin la responsabilidad de pensar en el proyecto del siguiente año, fue como un niño con un caramelo nuevo, viviendo el carnaval como ¡guau! y descubriéndolo de otra forma. Es un poco exagerado, pero esa es la idea que tuve.

¿En algún momento antes de aceptar ahora el reto de Tropicana, te planteaste volver a Río Orinoco o eso fue una etapa que se cerró con el cambio de presidencia?

Vamos a ver, yo evidentemente no descarto el día de mañana volver a Río Orinoco o coreografiar otra comparsa o agrupación si en Tropicana dejo de ser el coreógrafo. En principio, estoy apalabrado para trabajar en el carnaval del 2026, y de ahí quedará si mi trabajo gusta a la dirección de Tropicana y deciden continuar conmigo, y si mis otros compromisos laborales y personales me permiten seguir como coreógrafo. Yo no descarto nada. Si es cierto que, por ejemplo, volver o haberme planteado volver a Río Orinoco, ahora después de dos años sin estar al frente del grupo o un año sin estar, más un año sabático, me parece pronto. Creo que el grupo necesita tener otra visión de otros artistas, diseñadores, coreógrafos que le permitan seguir avanzando. Y ya el día de mañana, Dios dirá. A Río Orinoco lo amo con locura. Es el grupo del carnaval donde más años he estado, unos 17 u 18 años, con 10 años como coreógrafo y diseñador, y otros tantos como componente. Volver a Río Orinoco no se descarta, pero para nada. Otra cosa es que ellos quieran contar conmigo.

¿Por qué aceptas el reto de volver a Tropicana, como tú decías en la publicación, 30 años después?

Primero, porque estoy abierto. He estado abierto desde que dejé Río Orinoco, para que si algún grupo quería contar conmigo como coreógrafo o diseñador, que contara conmigo. Me llamó la comparsa Tropicana, y podía haber sido otra comparsa o grupo. Pero con Tropicana tengo algo especial, porque fue el grupo que me vio nacer como bailarín. Río Orinoco me dio la oportunidad de crecer como coreógrafo y diseñador, pero Tropicana fue el inicio de toda mi carrera artística en el mundo del carnaval y también en otros ámbitos, como el bodypainting, maquillaje artístico, festivales como el Fimucité, Isla Caladera, el festival del Cuentacuentos de los Silos, entre otros. Volver a Tropicana, donde todo empezó, me toca el corazón. Además, todavía hay gente en la directiva que es de aquella época, y mis padres se mudaron a Candelaria cuando tenía 15 años, donde viví toda mi adolescencia hasta que me independicé. Recuerdo cómo era Candelaria en aquel entonces, caminos de tierra, excursiones al campo de fútbol, y cómo ha evolucionado hasta convertirse en un pueblo y municipio referencia. Todo esto ha cambiado mucho, y yo también. Con 45 años, no soy la misma persona que con 15, y creo que mi experiencia y mis ideas locas me permiten seguir aportando. Empezar en Tropicana otra etapa de mi vida profesional es muy importante para mí.

¿Crees que se le puede hacer sombra al binomio Joroperos- Cariocas que lleva 20 años llevándose el primer premio de interpretación?

 Ya se lo están haciendo, eso ya está ocurriendo. Comparsas como Bahía Baitiare están subiendo, cada vez lo hacen mejor y poniendo más empeño. A lo largo de estos años hemos visto una evolución importante en varias comparsas. Creo que sí, que hay margen para la innovación, pero no por parte de Tropicana específicamente, sino en cualquier comparsa que tenga los medios y trabaje para ofrecer lo mejor. La competencia siempre está, y es saludable.

¿Hay margen de innovación como coreógrafo dentro de las comparsas carnavaleras?

Sí, hay margen de innovación, pero es muy complicado y arriesgado. Innovar con una idea que guste al público y al jurado, y que sea factible para un grupo en vivo, es otra cosa. Yo me he arriesgado muchas veces en mis espectáculos y ha habido veces que ha cuajado y otras que no. Es difícil, porque son muchos años en carnaval. Pero se intentará, por mi parte, y si la directiva de Tropicana acepta mi idea, lo vamos a intentar. Me gusta sorprender y que la gente no sepa qué va a pasar, que una línea en el espectáculo cambie de repente. Vamos a trabajar mucho en ello.

¿Te ves volviendo a diseñar algún grupo de carnaval o es una etapa que tienes parada?

Estoy abierto a todas las posibilidades, siempre y cuando sean factibles con mis otros trabajos y responsabilidades. Mi tiempo es limitado, y algunos proyectos quizás no pueda aceptarlos. Pero si alguien me llama y llegamos a un acuerdo, por supuesto que no me cierro a nada. La diferencia está en si me piden un boceto para que lo interpreten o si elaboro el traje con un equipo. Son modalidades distintas y presupuestos diferentes.

Desde tu punto de vista, ¿debería abrirse el concurso de comparsas de Santa Cruz de Tenerife a grupos del resto de la isla?

Es un tema delicado, desde mi opinión personal, creo que sí, que debería abrirse, pero hay que buscar la fórmula adecuada. Se ha luchado mucho para que el concurso no sea excesivamente largo, y actualmente se ha logrado reducir los tiempos. Incorporar más comparsas sin que el concurso se alargue demasiado, sería muy costoso en términos económicos y logísticos. Podría hacerse una especie de fases o semifinales, pero eso también implicaría más gastos en organización, iluminación, personal, etc. Es una cuestión compleja que requiere planificación y recursos.

Por último, ¿qué objetivo te gustaría que sucediera en Tropicana en 2026 bajo tu coreografía?

Ganar los primeros premios en interpretación, ritmo y armonía, y también en presentación. Aunque esto no dependa solo de mí, sino del trabajo en equipo y del diseño. Como coreógrafo, intentaré potenciar los movimientos y bailes en armonía con el vestuario y el diseño. Quiero que sea un conjunto completo, que luzca hermoso en el escenario. El trabajo en equipo es fundamental para lograr los primeros premios, y mi objetivo es que el espectáculo sea memorable para el público, que diga: “¡Qué bonito, qué divertido, qué diferente!”, y que quieran volver en 2027.