Y es que la zona norte de Fuerteventura es casi un mundo sin explorar, pues muchos locales como turistas proceden a descubrir la zona sur de la isla, precedida por grandes playas y sol prácticamente todo el año, pero si me lo permites, te enseñaré este rinconcito que me enamoró.
Lo primero de todo es que para aventurarse y conocerla realmente bien, deberás ponerte un buen calzado y caminar y caminar y caminar por las innumerables carreteras sin asfaltar que recorren el barranco de Esquinzo, entre sus montañas encontrarás ese silencio del que hablo, del que solo tus ojos podrán presenciar.
- Es una zona poco frecuentada, con suerte estarás sola junto a tu acompañarte.
- Junto a las acumulaciones de arena en forma de pirámides que se crean en cada una de sus playas, sin pretenderlo, te facilitará el acceso a esta preciosa playa.
- Es una zona salvaje para visitar y disfrutarla junto con los acantilados en época de invierno y verano.
- Si continúas el sendero podrás llegar hasta el Volcán de Tindaya, muy conocido y famoso.
- El atardecer es épico, además infunde a las montañas volcánicas y a la superficie del océano un color dorado mágico que la muestra aún más bonita.
- Esquinzo es una de las alternativas (playa) que tendrás cuando vayas llegando al final del recorrido, si te gusta surfear esta es tu zona.
- Pasarás de un paisaje oscuro debido a los volcanes a la arena dorada, los baños y el azul del mar.
Otro de los atractivos que posee la zona es Casa de Taca, que son una agrupación de casas actualmente deshabitadas y cuya distribución es digna de ver.