Cedrún: ni de penalti, ni a pedradas

Luis Padilla nos recuerda este jueves las actuaciones de Andoni Cedrún, cancerbero del Bilbao Athletic y del Zaragoza, y su 'fama' de parar penaltis ante el CD Tenerife.

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Luis Padilla nos relata en el periódico digital Atlántico Hoy, las actuaciones de Andoni Cedrún, cancerbero del filial del Athletic de Bilbao y del Zaragoza, y su 'fama' de parar penaltis en sus enfrentamientos ante el CD Tenerife

A Andoni Cedrún siempre se le dio bien el Heliodoro. Hijo del legendario Carmelo Cedrún, que durante quince temporadas defendió la portería del Athletic de Bilbao, destacó desde muy joven en la cantera de Lezama. Con 19 años recién cumplidos ya visitó la Isla como titular indiscutible en el filial rojiblanco, que entonces estaba dirigido por un 'chavalín' llamado Javier Clemente. Esa noche ya se lució ante un Tenerife que, de la mano de Olimpio Romero, era líder y no conocía la derrota como local: lo paró todo y permitió que el Bilbao Athletic, con un jugador menos, llegara vivo al último minuto a pesar de que el equipo local ejecutó 16 saques de esquina y realizó quince disparos a portería.  

Eso no fue todo. Así, en el último minuto, con el Tenerife volcado en busca de la victoria que no llegaba, inició un contragolpe con Sola y Noriega que permitió a San Pedro marcar el 0-1. Y no acabó ahí su trabajo, pues en el tiempo de prolongación le detuvo un penalti a Román y selló la victoria de su equipo. Y ya de camino a los vestuarios, aún tuvo reflejos para esquivar una piedra dirigida hacia su zona y que tampoco impactó en el colegiado Arcas Navarro, el destinatario del objeto. Como era habitual, el 'tonique' acabó cayendo en la cabeza de Juan Sánchez Quintana, el delegado de campo, que miró para otro lado y así evitó el cierre del Heliodoro. Un año más tarde regresaría Andoni Cedrún al Heliodoro.  

Fue el 20 de septiembre de 1980 y el Heliodoro registró “tres cuartos de entrada” para ver al Bilbao Athletic, en el que se mantenía como técnico Javier Clemente. En el banquillo blanquiazul estaba José Ramón Lamelo, que esa noche alineó a: Álvaro; Diego, Manolo, Juan Miguel (Joseíto, 59’), Lolo; Alberto, Paco, Salvador; Lolín (Domingo Rivero, 71’), Barrios y Chalo. Y Cedrún lo volvió a parar todo, incluyendo un penalti y una pedrada. La pena máxima, lanzada por Salvador, a los 25 minutos; el objeto contundente, arrojado por un espectador al que no se pudo identificar, a los 32 minutos. Así eran entonces los partidos en un Heliodoro que se caía a pedazos y 'fabricaba' piedras de todo tamaño. 

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Plantilla del Bilbao Athletic 80-81 que empató en el Heliodoro

Entregado el objeto al colegiado Pérez Sánchez, éste se lo trasladó al delegado, Juan Sánchez Quintana, quien esta vez agradecería que no acabara en su cabeza. Conviene aclarar que el Tenerife ya nadaba contracorriente: al minuto, López Murga había hecho el 0-1. Y luego el filial rojiblanco aplicó la que con los años se conocería como 'táctica Clemente': todos atrás y pum, patadón p’alante. Luego, los locales se quedaron con diez por expulsión de su portero, lo que obligó a sacrificar a Lolín para dar entrada al veterano Domingo Rivero. Empatar parecía imposible porque Cedrún había demostrado que con él no podían. Ni de penalti ni a pedradas. Pero cuando el partido agonizaba por fin le llegó un balón aéreo en ventaja al Tigre Barrios.
No hay mucho que añadir: gol y empate a uno.
P.D. Muchos años después, con el Tenerife en Primera División, Andoni Cedrún visitó cinco veces el Heliodoro con el Zaragoza. Sólo le volvieron a tirar un penalti. Lo lanzó Pier en la temporada 92-93... y tampoco fue gol.