El antiguo Estadio Insular de Gran Canaria acogió en la tarde del domingo un espectáculo abierto al público en el que se presentaron los diferentes candidatos a las galas de la Reina y de la Drag Queen, un acto que al mismo tiempo sirvió para sortear los turnos de aparición sobre el escenario del parque de Santa Catalina durante el Carnaval.
Borja Casillas, Drag Sethlas, abrió el apartado dedicado a la gala con más proyección internacional de las fiestas, la reservada a las "reinonas", en su condición de ganador de 2017.
El número que convirtió a Sethlas en Drag Queen del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en 2017 comenzaba con un vestuario muy semejante, del que paulatinamente se iba desprendiendo su protagonista hasta quedar convertido en Cristo Crucificado.
La polémica fue tal, que la Fiscalía de Las Palmas abrió diligencias para indagar si la transformación de Sethlas en esas imágenes religiosas había incurrido en algún tipo de delito.
De hecho, el fiscal citaba en apoyo de su decisión casos semejantes resueltos ya en firme por los tribunales españoles, como el que sentó en el banquillo al cantautor Javier Krahe, por cocinar un crucifijo en televisión; juicio que se saldó con su absolución.
Ese mismo colectivo de letrados volvió a elevar una protesta, con recogida de firma incluida, la semana pasada, después de comprobar que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria había llevado a su todavía Drag Queen, Sehtlas, a los actos de promoción de su carnaval convocados en Madrid con motivo de la Feria Internacional del Turismo (Fitur).
Borja Casillas, que siempre ha alegado que no buscaba ofender, volverá a aparecer en público como Drag Sethlas en la gala Drag Queen del 12 de febrero, en la que tendrá la oportunidad de presentar un espectáculo de cierre de su reinado carnavalero.
Drag Sethlas defiende que no pretendía ofender a nadie ni incitar al odio